lunes, 31 de diciembre de 2018

Les dejo mi paz 31 diciembre





Llegamos al último día de este año. ¡Cuántas cosas nos sucedieron! ¡Cuántos desafíos asumimos! ¡Cuántas cosas se nos fueron de las manos! Sea como sea, estamos aquí. Una vez más parados en el presente, revisando el pasado y mirando un poquito hacia el futuro. Algo similar le sucedió a Jesús.

Su obra en esta tierra estaba llegando a su fin. La hora de Su partida al cielo estaba más cerca que nunca y empezaba a despedirse.

No era fácil para quienes habían estado compartiendo sus vidas con el Maestro. Después del refinado tiempo de entrenamiento espiritual a Su lado, ya no eran los mismos. Habían cambiado sus metas, su manera de ver la realidad y su amor hacia el prójimo.

Habían descubierto a Dios y sabían que había un propósito para sus vidas más allá de las redes y los peces del mar. De ser simples pescadores, habían pasado a ser “Sus discípulos”.

Habían aprendido a perdonar, a compadecerse a superar miedos y a conocer las cosas del cielo, Pero ahora, algo terminaba. Y ellos debían prepararse para una pérdida desesperante. En ese contexto Jesús les deja el legado más precioso: Su Paz.

Un autor llamado Matthew Henry escribió: “Cuando Jesús estaba por dejar este mundo hizo un testamento. Entregó su alma al Padre, legó su cuerpo a José de Arimatea.

A los soldados les dejó sus túnicas. A Juan le encargó a su madre. Pero ¿Qué podía dejar a sus discípulos, aquellos que lo habían dejado todo por Él? No tenía plata ni oro; pero les dejó algo infinitamente mejor, SU PAZ”.

Nació en un pesebre prestado, fue enterrado en una tumba prestada, pero resucitó a una vida propia y fue al cielo a preparar un lugar para esperarte. Mientras tanto, en este mundo te acompaña y te acompañará SU PAZ.

Que cada Pausa en tu vida, ahora y siempre disfrutes de esa PAZ, compruebes ese AMOR y descanses en esa ESPERANZA.


PENSAMIENTO DEL DÍA. Y he aquí YO estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. (Jesús)



MIN. LA BIBLIA DICE - (DEVOCIONAL “UNA PAUSA EN TU VIDA)









31 diciembre





“Prepárate para venir al encuentro de tu Dios.” Amós 4:12

“Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora.” Mateo 25:13


(Leer Jueces 21 – Apocalipsis 22 – Salmo 150 – Prov. 31:25-31)


¡Último día de este año 2018! Gracias por habernos acompañado día tras día, leyendo el mensaje cotidiano. Como última llamada, leamos nuevamente el primer texto de esta hoja: “Prepárate para venir al encuentro de tu Dios”.

Preguntémonos: ¿Estamos preparados? Lo cierto es que siempre estamos preparándonos: para una cita, para una reunión, para ir de compras... También nos preparamos para nuestro futuro, nuestra carrera, nuestro trabajo, nuestra familia... Sin embargo, somos incapaces de saber qué nos reservan los próximos años; incluso ignoramos lo que nos traerá el mañana.

Pero no hay la mínima duda con respecto a una cita inevitable: nuestro encuentro con Dios. ¡Para este encuentro es fundamental estar preparados!

¿Cómo prepararnos? ¿Qué hay que hacer? ¿Tratar de hacer el bien para merecer el perdón de Dios? No, esta no es la manera correcta de prepararnos para esa cita a la cual cada uno de nosotros tendrá que presentarse un día. El camino hacia él es una persona que vino del cielo y que dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 14:6). Si vamos a Jesús reconociendo sinceramente nuestras faltas y nuestra situación de pecadores perdidos lejos de él, somos perdonados. Él aceptó morir para pagar en nuestro lugar el castigo por nuestros pecados, y su resurrección nos asegura que somos justificados ante Dios.

El creyente que depositó su confianza en la obra de Jesús puede decir con seguridad: ¡Estoy listo para tener un encuentro con mi Dios, además espero y deseo ese momento!


¿También es su esperanza?



EDICIONES BÍBLICAS - (DEVOCIONAL “LA BUENA SEMILLA”)









Manantiales 31 diciembre





“Hasta aquí nos ayudó Jehova.” 1 Samuel 7:12


La palabra “hasta aquí” se parece a una mano señalando al pasado. ¡Veinte años o setenta, y no obstante, "hasta aquí nos ayudó el Señor!" En estado de pobreza, en la riqueza, enfermedad, salud; en nuestro país o en el extranjero, en tierra o mar; en la honra y deshonra, en la perplejidad, en la alegría, en la prueba, en el triunfo, en la oración, en la tentación, "hasta aquí nos ayudó el Señor."

Nosotros nos gozamos mirando a lo largo de una avenida de árboles. Es delicioso el contemplar desde el extremo de una larga vista, una especie de templo verde con columnas de ramas de árboles y arcos de hojas. Aún así, echa una mirada retrospectiva a los largos sufrimientos de tus años, a las ramas verdes de misericordia que han ceñido tu cabeza y a las columnas fuertes, cariñosas y fieles que sostienen tu alegría.

¿No hay en las ramas de más allá algunos pájaros cantando? Con toda seguridad debe de haber muchos y todos cantan acerca de la gloria que "hasta aquí" han recibido.

Pero la palabra también señala hacia adelante. Porque cuando una persona llega hasta un cierto lugar y escribe "hasta aquí," aún no ha llegado al fin, hay que atravesar otras distancias para ello. Más pruebas, más alegrías, más tentaciones, más triunfos, más oraciones, más victorias, y después viene la enfermedad, la vejez y la muerte.

¿Pero termina aquí todo? ¡No! hay más aún; un despertamiento a la semejanza de Jesús, tronos, arpas, canciones, salmos, vestidos blancos, el rostro de Jesús, la sociedad de los santos, la gloria de Dios, la plenitud de la eternidad, la felicidad sin límites. Oh, creyente, toma aliento y eleva con confianza y gratitud tu "Ebenezer," por que "El que hasta aquí te ha ayudado, te ayudará a través de todo el camino."

Que perspectiva tan gloriosa y maravillosa ha de revelar a tu ojo agradecido tu "hasta aquí," cuando lo leas con la luz Celestial. C. H. SPURGEON.

Los pastores alpinos tienen la magnífica costumbre de terminar el día cantándose el uno al otro una canción nocturna de despedida. El aire es tan cristalino que hace que la canción se oiga a largas distancias. Cuando empieza a anochecer, reúnen el ganado y lo conducen cantando por los senderos: "¡Hasta aquí el Señor me ha ayudado. Alabemos Su nombre!"

Y por último, con gran amabilidad cantan los unos a los otros la amistosa despedida: "¡Buenas noches, buenas noches!". El eco de estas palabras pasa resonando suavemente de una parte a otra hasta que desaparece a larga distancia.

Así que llamémonos los unos a los otros por medio de la obscuridad, hasta que la obscuridad adquiera el sonido de muchas voces que alientan al ejército peregrino. Deja que los ecos se reúnan hasta que truene una verdadera tormenta de aleluyas alrededor del trono de Zafiro y al amanecer nos encontraremos al borde del mar de cristal, gritando con el ejército redimido, "Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la bendición, y la honra, y la gloria, y el poder, para siempre jamás."

"Esta es mi canción a través de los siglos sin fin; Jesús me guió por todo el camino."

“¡Y OTRA VEZ DIJERON, ALELUYA! " (Apocalipsis 19:3)



L. B. COWMAN - (DEV. “MANANTIALES EN EL DESIERTO”)









Hasta aquí nos ha ayudado el Señor 31 diciembre





Mientras Samuel estaba ofreciendo el holocausto, los filisteos se acercaron para pelear con Israel. Mas el Señor tronó con gran estruendo aquel día contra los filisteos y los confundió, y fueron derrotados delante de Israel. Saliendo de Mizpa los hombres de Israel, persiguieron a los filisteos, hiriéndolos hasta más allá de Bet-car. Entonces Samuel tomó una piedra y la colocó entre Mizpa y Sen, y la llamó Eben-ezer, diciendo: Hasta aquí nos ha ayudado el Señor.” 1 Samuel 7:10-12


Desde su liberación de la esclavitud en Egipto, Dios había librado al pueblo de Israel de situaciones verdaderamente difíciles. Este pasaje nos cuenta acerca de la ocasión en que los israelitas fueron atacados por los poderosos ejércitos filisteos. Ellos pidieron al profeta Samuel que clamara a Dios, y Samuel lo hizo ofreciendo sacrificio. Entonces el Señor se manifestó por medio de una gran tormenta de rayos y truenos que atemorizó a los filisteos y los hizo huir, dándoles la victoria al pueblo de Israel. Fue entonces que el profeta Samuel tomó una piedra y, como recordatorio, la puso en un lugar y le llamó “Eben-ezer”, que quiere decir “piedra de ayuda”, y allí declaró: “Hasta aquí nos ha ayudado el Señor.”

El año 2018 termina hoy. En los doce meses transcurridos la mayoría de nosotros hemos pasado en alguna u otra ocasión por situaciones difíciles, tristes, frustrantes o desalentadoras, ya sea en el aspecto físico (la salud), o económico o sentimental o quizás en el aspecto espiritual. Cuando miramos atrás y vemos que todo aquello ya pertenece al pasado, y que hemos sobrevivido y estamos a punto de finalizar un año más en nuestras vidas, bien puede cada uno de nosotros decir como Samuel: “Hasta aquí nos ha ayudado el Señor.”

Pero lo cierto es que aquí no termina nuestra jornada. Tenemos que continuar hacia adelante. Y, sin lugar a dudas, en el nuevo año que comienza mañana también vamos a encontrar dificultades, problemas y adversidades. Pero al igual que en el pasado año, si nos mantenemos cerca del Señor él continuará ayudándonos, y protegiéndonos y dándonos la victoria. Así dice David en el Salmo 37:5: “Encomienda al Señor tu camino, confía en él, y él hará.” Nuestro Señor ha prometido estar con nosotros “todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20), y no te desamparará ni te dejará, declara Hebreos 13:5. Da un paso de fe hacia el futuro desconocido, y Dios te dará la victoria. El siguiente poema anónimo describe lo que significa dar un paso de fe:

Cuando llegas al término de toda luz conocida
Y a punto estás de entrar en la oscuridad,
Fe es saber que habrá algo que te sostendrá
O de lo contrario alguien te enseñará a volar

Hoy le damos gracias a Dios por habernos ayudado durante este año que termina. Y al mismo tiempo le damos gracias porque podemos contar con él en el camino que tenemos por delante. Las predicciones de los expertos para el año 2019 no son muy alentadoras. La economía mundial se encuentra en estado deplorable; hay guerras o amenazas de guerras en diferentes partes del mundo, incluyendo países que poseen armamento nuclear o lo están desarrollando; se esperan fenómenos naturales cada vez más fuertes y frecuentes, y con frecuencia se habla de nuevas enfermedades y plagas a nivel mundial. En fin, ¿qué nos espera en el futuro próximo?

No lo sabemos. Pero podemos estar seguros de que Dios lo sabe, y de que él está en control de todo lo que existe en el universo. Al irnos a la cama esta noche pongamos nuestras vidas en las manos del Señor, confiemos plenamente en que él nos ayudará a vencer las dificultades y pruebas que se presenten en el nuevo año y nos dará la victoria conforme a sus planes en nuestras vidas. Puedes tener la seguridad de que siempre “habrá algo que te sostendrá" o, si es necesario, "alguien te enseñará a volar.”


ORACIÓN. Mi amante Padre celestial, gracias por todas tus bendiciones, tu ayuda y tu protección durante este año que hoy termina. Hoy quiero echarme en tus brazos y confiadamente encomendar a ti mi camino con la seguridad de que tú cuidarás de mí durante el nuevo año que tenemos delante de nosotros. En el santo nombre de Jesús, Amén.



ENRIQUE SANZ – (DEVOCIONAL DIARIO “DIOS TE HABLA”)









“Sosteniendo a Jesús en tus brazos” 31 diciembre





“Simón fue al templo, guiado por el Espíritu. Y cuando los padres del niño Jesús lo llevaron al templo para cumplir con lo establecido por la ley, él tomó al niño en sus brazos y bendijo a Dios...” Lucas 2:27-28ª


¿Has pensado en lo extraño que sería sostener al niño Jesús en tus brazos como lo hizo Simeón? Al acunar a ese pequeño Niño, estarías sosteniendo al Creador del cielo y de la tierra, tu Salvador, quien un día habrá de juzgar a todas las personas. Estarías sosteniendo a Aquél que te mantiene a salvo en sus manos marcadas por los clavos (Juan 10:28). ¿Qué extraño, no?

Pero esa es la paradoja de la encarnación. Dios vino a la tierra como un niño pequeño e indefenso, para poder crecer y ayudarnos a todos los que estamos atrapados bajo el poder del mal. Jesús necesitaba a su madre para alimentarlo, para un día ser el pan de vida que nos alimenta. Los padres de Jesús lo vistieron y protegieron, para que un día él nos vista a nosotros con la ropa limpia y santa de su justicia y nos proteja a todos con su presencia (Apocalipsis 7:13-15).

Y ahora que confías en Jesús, él te invita a que lo lleves contigo todos los días de tu vida, mientras vives y sirves en el mundo que no lo conoce. Como creyente, eres un portador de Cristo: el mismo Jesús mora en ti. Él nunca te abandona. Lo llevas al mundo cuando compartes el Evangelio con los demás y cuando tu forma de actuar y hablar demuestra que eres su seguidor. Y él te lleva a través de los momentos buenos y de los tiempos difíciles, a través de la tentación y el peligro, e incluso de la misma muerte, para que estés con él en el cielo.


ORACIÓN. Señor Jesús, gracias por hacerme tuyo. Ayúdame a llevarte a otros que también creerán en ti. Amén.


PREGUNTAS DE REFLEXIÓN:

* ¿Qué significa para ti que Cristo te lleve? ¿Qué imágenes te vienen a la mente?

* ¿Qué puedes hacer hoy para acercar a otra persona a Cristo?



PARA EL CAMINO - (DEVOCIONAL “ALIMENTO DIARIO”)









El principio del pasado, presente y futuro 31 diciembre





“Prosigo a la meta hacia el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” Filipenses 3:14 (Leer Filipenses 3:12-21)


El artista veneciano del siglo 16 Tiziano, en su obra maestra llamada “Alegoría de la Prudencia”, ilustró la prudencia humana mediante un hombre de tres cabezas. Una de ellas es la de un joven que mira hacia el futuro, la segunda cabeza es la de un hombre maduro mirando al presente y la tercera es la de un anciano mirando con profundidad al pasado. Por encima de las tres cabezas se puede leer la siguiente frase: “Del ejemplo del pasado, el hombre del presente actúa con prudencia para no poner en peligro el futuro”.

Al pensar en las lecciones que podemos aprender de esta frase, es importante señalar que para vencer la ansiedad creada por nuestros fracasos del pasado y el temor de repetirlos en el futuro, es necesario ocuparnos de nuestro presente.

El apóstol Pablo también se refirió a este tipo de principio, al escribir Filipenses 3:13-14: “…una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está por delante, prosigo a la meta hacia el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”.

Pablo nos invita a dejar atrás el pasado y a tener esperanza en un futuro que nos espera al lado de nuestro Señor. Esto no significa que Pablo esté diciendo que olvidemos por completo el pasado y sus lecciones, sino más bien enseña a sus lectores que son libres de la culpa de sus errores y del orgullo de las acciones que han realizado. Dios lo había perdonado y esto lo capacitaba a vivir una vida presente que mirara “hacia el premio”. Esta fue la motivación que lo impulsó a tener una relación creciente con su Señor y Salvador.


1. Estamos a tan sólo horas de terminar un año lleno de recuerdos, errores y lecciones aprendidas; pero si estamos al lado del Señor, Él nos capacitará para vivir plenamente el presente, obtener la sabiduría del pasado y enfrentar con valentía el futuro.

2. No permitas que un oscuro pasado ensombrezca el futuro brillante al lado de Jesús. ¿Qué esperas?  Responde al llamado del Señor: ¡Síguele! (Juan 1:43; Marcos 2:14; Juan 21:19, 22).



HG/MD – (DEVOCIONAL DIARIO “MI DEVOCIONAL”)









El mensajero 31 diciembre





“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí…” Malaquías 3:1 (Leer Malaquías 3:1-5)


«¡Tengo un mensaje para ti!» Una mujer que trabajaba en la conferencia a la que asistí me entregó un papel, y me pregunté si debía ponerme nerviosa o emocionarme. Pero cuando leí: ¡Tienes un sobrino!», supe que podía alegrarme.

Los mensajes pueden traer buenas noticias, malas noticias o palabras que desafían. En el Antiguo Testamento, Dios utilizó a sus profetas para comunicar mensajes de esperanza y de juicio. Pero cuando observamos detenidamente, vemos que aun sus palabras de juicio tenían como propósito guiar al arrepentimiento, la sanidad y la restauración.

Ambos tipos de mensajes aparecen en Malaquías 3, cuando el Señor prometió enviar un mensajero que prepararía el camino para Él. Juan el Bautista anunció la venida del verdadero Mensajero: Jesucristo (Malaquías 3:1), quien cumpliría las promesas de Dios y sería «como fuego purificador, y como jabón de lavadores» (v. 2) porque purificaría a aquellos que creyeran en su palabra. El Señor envió su palabra para lavar a los suyos, porque por amor, estaba interesado en el bienestar de ellos.

El mensaje de Dios es de amor, esperanza y libertad, y Él envió a su Hijo como un mensajero que habla nuestro idioma; a veces, de corrección; pero siempre, de esperanza. Podemos confiar en su mensaje.

Señor, ayúdame a entender y poner en práctica tu mensaje.

Pídele al Señor que te ayude a compartir su buena noticia con otros durante el nuevo año.



(La Biblia en un año: Malaquías 1–4 Apocalipsis 22)



AMY BOUCHER PYE (DEVOCIONAL “NUESTRO PAN DIARIO)









Tu lucha no es más grande que la gracia de Dios 31 diciembre




No podemos entender el Evangelio a menos que conozcamos la naturaleza gloriosa de nuestro asombroso Dios. “Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis” (Efesios 1:18).

El Evangelio no comienza al reconocer que eres un pecador o al darte cuenta de que Dios tiene un plan maravilloso para tu vida. Comienza al comprender la gracia de nuestro glorioso Padre.

Estar en la presencia del Señor ilumina nuestro entendimiento y, sin embargo, nuestros corazones están quebrantados delante de nuestro Dios poderoso y asombroso. Pablo está diciendo aquí: “Quiero que sus ojos estén abiertos a la realidad del carácter de este magnífico Dios al que servimos. Él no es pequeño, mezquino, ni insignificante. Él es el único, verdadero Dios, y quiere que tengamos los ojos abiertos a la revelación de su naturaleza”.

Moisés tuvo hambre y sed de saber quién era Dios, cómo eran su naturaleza y su carácter, y clamó: “Te ruego que me muestres tu gloria” (Éxodo 33:18). Pero Moisés no pudo ver el rostro de Dios porque él era demasiado glorioso. Más bien, Dios se acercó a él en una simple revelación: “Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado” (34:6-7).

Pídele a Dios que Dios abra tus ojos para que puedas saber “cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder” (Efesios 1:18-19).

Considera la inmensurable grandeza de Dios. Nunca pienses que tus problemas son más grandes que la capacidad de Dios para resolverlos. Tampoco pienses que tu lucha con la carne es más grande que su poder para vencer. Y al reconocer su grandeza, dale gracias y magnifica el nombre del Señor por todo lo que ha hecho por ti a causa de su gracia maravillosa.



GARY WILKERSON– (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)










Siendo un administrador sabio 31 diciembre





“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen y donde ladrones minan y hurtan.” Mateo 6:19



La riqueza viene de Dios y debemos administrarla sabiamente para Él.

John Wesley fue un hombre de Dios que dedicó su vida a servir al Señor. Lo que quizá no se conoce mucho de él es que era rico, ganó la mayoría de su riqueza de sus himnos publicados y otras obras. En un punto en su vida donó 40,000 libras esterlinas, una fortuna en aquellos días. Cuando murió, su fortuna era sólo de 28 libras esterlinas, pues casi todo lo había dado a la obra del Señor.

No estaba mal para Wesley, o para cualquier creyente, poseer bienes o ser rico. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento reconocen el derecho de las posesiones materiales, incluyendo dinero, tierra, animales, casas, vestimenta y cualquier otro tipo de bien adquirido honestamente. Deut 8:18 dice: “acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas”. Dios nos da las habilidades y recursos para obtener la riqueza. Job conocido por su sufrimiento, fue un hombre rico. El teólogo Gleason Archer escribió: “Job fue famoso por ser el hombre más rico en su época en toda la región, fue el mayor accionista de Wall Street por así decirlo. Por lo tanto se puede decir que este hombre de Dios había demostrado ser un buen hombre de negocios, un buen ciudadano y  padre de una familia numerosa. Así que gozaba la posición más alta que cualquier hombre en su comunidad”. En 1ª Cor 4:7 el apóstol Pablo pregunta: “¿Qué tienes que no hayas recibido?”. La implicación es que hemos recibido todo, incluyendo nuestras posesiones materiales, de Dios.

Estás en lo correcto al proveer para tu familia, hacer planes razonables para el futuro, hacer inversiones sabias, tener dinero para llevar un negocio, dar al pobre y sostener la obra de Dios. Pero estás equivocado si eres deshonesto, avaro, codicioso, tacaño y miserable en cuanto a las posesiones. El ganar honestamente, guardar y dar es sabio, acumular y gastar solamente en ti no es sabio y es pecaminoso.



JOHN MACARTHUR – (DEV. “VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)









¿DEBEN LOS CRISTIANOS CREER EN EL NACIMIENTO VIRGINAL? 24 diciembre

¿DEBEN LOS CRISTIANOS CREER EN 
EL NACIMIENTO VIRGINAL?



Por Albert Mohler









Con el 25 de diciembre acercándose rápidamente, los medios de comunicación seculares están seguros de tener un interés una vez más hacia el nacimiento virginal. Cada Navidad, las revistas de noticias semanales y varios editorialistas se involucran en un jadeo colectivo que tantos estadounidenses podían creer una doctrina tan poco científica y sobrenatural. Para algunos, la creencia de que Jesucristo nació de una virgen es nada menos que una evidencia de oscuridad intelectual. Un escritor del New York Times puso el lamento claramente: “La fe en el nacimiento virginal refleja la forma en que el cristianismo estadounidense es cada vez menos intelectual y más místico a través del tiempo.”

¿Creer en el nacimiento virginal hace a los cristianos “menos intelectuales”? ¿Estamos agobiados con una doctrina insostenible? ¿Puede un verdadero cristiano negar el nacimiento virginal, o es la doctrina un componente esencial del Evangelio revelado a nosotros en las Escrituras?

La doctrina del nacimiento virginal fue uno de los primeros en ser cuestionadas y luego rechazadas después del surgimiento de la crítica histórica y el debilitamiento de la autoridad bíblica que inevitablemente siguió. Los críticos alegaron que, dado que la doctrina se enseña en "sólo" dos de los cuatro Evangelios, debe ser opcional. El apóstol Pablo, argumentaron, no lo mencionó en sus sermones en Hechos, por lo que no debe de haber creído. Además, los críticos argumentaron, la doctrina es tan sobrenatural. Los herejes modernos como el jubilado obispo episcopal John Shelby Spong sostienen que la doctrina era sólo evidencia de exceso de reivindicación de la iglesia primitiva por la deidad de Cristo. Está Spong diciéndonos, “mito de entrada” que va con la resurrección, "mito de salida." Si sólo Spong fuese un mito.


“Los cristianos tienen que enfrentar el hecho 
de que la negación del nacimiento virginal 
es una negación de Jesús como el Cristo.”


Ahora, incluso algunos evangélicos revisionistas afirman que creer en el nacimiento virginal no es necesario. El significado del milagro es duradero, dicen, pero la verdad histórica de la doctrina no es importante.

¿Tiene uno que creer en el nacimiento virginal para ser cristiano? Cabe la posibilidad de que alguien pueda venir a Cristo y confiar en Cristo como Salvador, y sin aprender que la Biblia enseña que Jesús nació de una virgen. Un nuevo creyente aún no es consciente de la estructura completa de la verdad cristiana. La verdadera pregunta es: ¿Puede un cristiano, una vez consciente de la enseñanza de la Biblia, rechazar el nacimiento virginal? La respuesta debe ser no.

Mateo nos dice que antes de que María y José "se juntasen," María "se halló haber concebido del Espíritu Santo" (Mateo 1:18). Esto, explica Mateo, cumplió lo que Isaías prometió: "He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros" (Mateo 1:23, Isaías 9:6-7).

Lucas ofrece aún mayor detalle, revelando: María recibió la visita de un ángel que le explicó que, a pesar de ser virgen, daría a luz al niño divino: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el santo Niño que nacerá será llamado Hijo de Dios" (Lucas 1:35).

Aunque el nacimiento virginal fuese impartido por un solo pasaje de la Biblia, eso sería suficiente para obligar a todos los cristianos a creerlo. No tenemos derecho a sopesar la veracidad de las enseñanzas bíblicas por su repetición en la Escritura. No podemos afirmar creer que la Biblia es la Palabra de Dios y luego darle la vuelta y arrojar sospechas sobre su enseñanza.

Millard Erickson lo dice muy bien: “Si no nos aferramos al nacimiento virginal a pesar del hecho de que la Biblia lo afirma, entonces hemos comprometido la autoridad de la Biblia, y no hay en principio ninguna razón por la que debamos mantener sus otras enseñanzas. Por lo tanto, rechazar el nacimiento virginal tiene implicaciones que llegan mucho más allá de la doctrina misma.”
Consecuencias, por cierto. Si Jesús no nació de una virgen, ¿Quién fue Su padre? No hay una respuesta que dejará intacto el Evangelio. El nacimiento virginal explica cómo Cristo podía ser a la vez Dios y hombre, cómo Él fue sin pecado, y que toda la obra de la salvación es un acto de gracia de Dios. Si Jesús no nació de una virgen, El tuvo un padre humano. Si Jesús no nació de una virgen, la Biblia enseña una mentira.

Carl FH Henry, el decano de los teólogos evangélicos, sostiene que el nacimiento virginal es la “indicación fundamental e histórica de la Encarnación, que lleva no sólo una analogía con las naturalezas divina y humana del Encarnado, sino también lleva a cabo la naturaleza, finalidad, y llevar esta obra de Dios a la salvación.” Bien dicho, y así se cree.

Los editores laicistas de revistas y periódicos de noticias de la nación pueden encontrar la creencia en el nacimiento virginal como evidencia del atraso intelectual entre los cristianos americanos. Pero esta es la fe de la Iglesia, fundada en la perfecta Palabra de Dios, y acariciada por la verdadera iglesia a lo largo de los siglos. Los que niegan el nacimiento virginal afirman otras doctrinas sólo por la fuerza del capricho, porque ya se han entregado a la autoridad de la Escritura. Han socavado la naturaleza de Cristo y anulado la encarnación.

Los cristianos tienen que enfrentar el hecho de que la negación del nacimiento virginal es una negación de Jesús como el Cristo. El Salvador que murió por nuestros pecados, no era otro que el bebé que fue concebido por el Espíritu Santo, y nació de una virgen. El nacimiento virginal no está sola como una doctrina bíblica, es una parte irreductible de la revelación bíblica sobre la persona y obra de Jesucristo. Con ella, el Evangelio se mantiene o se cae.

Esto es lo que sabemos: Todos aquellos que encuentran la salvación serán salvos por la obra expiatoria de Jesús el Cristo, el Salvador nacido de una virgen. Cualquier cosa menos que esto no es cristianismo, sin importar como se llame a sí mismo. Un cristiano no va a negar el nacimiento virginal.


(Este post ha sido publicado originalmente en la revista Tabletalk)


http://evangelio.wordpress.com/2013/12/20/deben-los-cristianos-creer-en-el-nacimiento-virginal








TRADUCCIÓN