EL MISTERIO DE LA PROVIDENCIA – JOHN FLAVEL
Cristo es tanto cabeza de su pueblo, como gobernador del mundo entero. Controla los eventos en el mundo para el máximo beneficio de su Iglesia. Mi propósito en esta parte no es el de tratar con aquellos que no creen en Dios. Quiero convencer a todos los que dicen que Dios existe, que las obras especiales de su providencia no son meros accidentes.
Hay muchas personas
que se identifican como creyentes, que consideran las cosas que ocurren en sus
vidas como si solo fueran eventos naturales. Piensan que los asuntos de
este mundo y de los hijos de Dios no son gobernados por la providencia, sino
por causas naturales.
¡Esto significa vivir
como si Dios no existiera! Los que piensen de esta manera deben considerar las
siguientes preguntas: ¿Cómo es entonces que en tantas ocasiones, el pueblo de
Dios ha sido rescatado del peligro y del mal, por un poder superior al poder de
la naturaleza, y aún frecuentemente en una forma contraria al curso normal de
la naturaleza?
El agua inunda y ahoga
a todo lo que pueda, pero el mar rojo fue dividido y un muro de agua se formó a
cada lado para que el pueblo de Israel pasara sano y salvo por en medio. El
fuego quema hasta lo máximo de su poder, pero cuando Nabucodonosor, el Rey de
Babilonia, echó a los tres judíos piadosos al horno de fuego, la intensa llama
no tuvo poder para dañar ni siquiera un cabello de sus cabezas, pero al mismo
tiempo mató a quienes les habían echado al fuego.
Es natural que las bestias
salvajes y hambrientas maten y coman a los hombres, pero aquellas que se
encontraban en el foso donde Daniel fue puesto, pasaron toda la noche sin
dañarle. Si no son ordenadas por una
providencia especial ¿Cómo es que las causas naturales trabajan juntas, de una
forma tan extraña, para el beneficio de los creyentes?
En la historia de José hay doce pasos de la providencia a
través de los cuales llegó a ser Primer Ministro de Egipto. Si uno solo de
ellos hubiera fallado, entonces la historia habría terminado en una forma
distinta. En tiempos de Ester, hubo
siete actos de la providencia, los cuales se combinaron para producir la caída
de Amán y salvar a los judíos de la destrucción. Dios es capaz de hacer
diferentes cosas para cuidar a su pueblo, tal como un trabajador usa toda clase
de herramientas en su trabajo. En la misma forma que un artesano toma un trozo
de madera rústica y la convierte en una obra de arte, de igual manera las manos
más dotadas usan las herramientas en el taller de la providencia. (CAP. 1: EL CUIDADO ESPECIAL DE DIOS PARA
SU PUEBLO)