“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el
orín corrompen y donde ladrones minan y hurtan.” Mateo 6:19
La riqueza viene de Dios y debemos administrarla sabiamente para Él.
John Wesley fue un hombre de Dios que dedicó su vida a servir al Señor. Lo
que quizá no se conoce mucho de él es que era rico, ganó la mayoría de su
riqueza de sus himnos publicados y otras obras. En un punto en su vida donó 40,000 libras
esterlinas, una fortuna en aquellos días. Cuando murió, su fortuna era sólo de 28 libras esterlinas,
pues casi todo lo había dado a la obra del Señor.
No estaba mal para Wesley, o para cualquier creyente, poseer bienes o ser
rico. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento reconocen el derecho de las
posesiones materiales, incluyendo dinero, tierra, animales, casas, vestimenta y
cualquier otro tipo de bien adquirido honestamente. Deut 8:18 dice: “acuérdate
de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas”. Dios nos
da las habilidades y recursos para obtener la riqueza. Job conocido por su
sufrimiento, fue un hombre rico. El teólogo Gleason Archer escribió: “Job fue
famoso por ser el hombre más rico en su época en toda la región, fue el mayor
accionista de Wall Street por así decirlo. Por lo tanto se puede decir que este
hombre de Dios había demostrado ser un buen hombre de negocios, un buen
ciudadano y padre de una familia
numerosa. Así que gozaba la posición más alta que cualquier hombre en su
comunidad”. En 1ª Cor 4:7 el apóstol Pablo pregunta: “¿Qué tienes que no hayas
recibido?”. La implicación es que hemos recibido todo, incluyendo nuestras
posesiones materiales, de Dios.
Estás en lo correcto al proveer para tu familia, hacer planes razonables
para el futuro, hacer inversiones sabias, tener dinero para llevar un negocio,
dar al pobre y sostener la obra de Dios. Pero estás equivocado si eres
deshonesto, avaro, codicioso, tacaño y miserable en cuanto a las posesiones. El
ganar honestamente, guardar y dar es sabio, acumular y gastar solamente en ti
no es sabio y es pecaminoso.
JOHN
MACARTHUR – (DEV. “VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)