DISFRUTE SU BIBLIA - WILLIAM MACDONALD
Si alguna vez viera un libro titulado El Estudio Bíblico Fácil, ¡no
vaya a comprarlo! Pues no existe una manera fácil de estudiar la Palabra de
Dios. Demanda disciplina y perseverancia.
Estudiar la Biblia también requiere de motivación. Generalmente, en la
vida encontramos tiempo para hacer lo que realmente queremos hacer. Si
verdaderamente nos diéramos cuenta del valor de la Palabra de Dios, querríamos
estudiarla más detenidamente. Pero para poder ver su valor, debemos mirar a
través de los ojos de la fe.
Otra gran ayuda para motivarnos es hacernos responsables de un grupo
de estudio bíblico, o una clase de Escuela Dominical. Esto ejerce cierta
presión en la persona, que la hace predisponerse a estudiar para preparar la
clase.
No existe el "mejor"
método de estudio bíblico. Generalmente, lo que resulta mejor para un creyente
puede que no lo sea para otro. Todo lo que puedo hacer es sugerirle un método
que consiste en ciertos pasos que, en lo personal, han probado ser de ayuda.
MUNDOS OPUESTOS – WILLIAM MACDONALD
Cuando hablamos del mundo en este sentido, no nos referimos al planeta tierra, el cual Dios nos ha dado como morada temporal. Ni tampoco nos referimos al mundo de la naturaleza, el cual Dios nos ha dado para que lo disfrutemos. Y, ciertamente, no nos referimos a la humanidad, a la cual Dios quiere que amemos igual que Él (Jn. 3:16). Entonces, ¿a qué nos referimos?
El mundo es la civilización que el hombre ha construido para satisfacer sus deseos sin contar con Dios. No sólo es independiente de Dios, sino totalmente opuesto a Él. El sistema del mundo está fundado sobre principios erróneos y promueve valores falsos. Es egocéntrico. La riqueza, el sexo y el poder son elementos claves en su cultura. “Toda civilización sin Dios, desde el principio, ha sido sellado con maldición; y todo lo que el hombre, sin Dios, llama avance, invento y progreso, tan sólo se asemeja a la construcción de la torre de Babel, esencialmente idólatra, y centro de vanagloria”.
Satanás es quien otorga inspiración y energía a la sociedad. Como los santos ángeles guardan al pueblo de Dios, así las potestades diabólicas están siempre activas en los asuntos del imperio de maldad. (EL MUNDO: UN REINO DE TINIEBLAS)