HACIA EL CONOCIMIENTO DE DIOS – J.I. PACKER
La primera tendencia es la de que la mentalidad del cristiano se ha conformado al espíritu moderno: el espíritu, vale decir, que concibe grandes ideas sobre el hombre y sólo deja lugar para ideas pequeñas en cuanto a Dios. La tendencia moderna para con Dios es la de mantenerlo a la distancia, sino a negarlo totalmente; y lo irónico está en que los cristianos modernos, preocupados por la conservación de prácticas religiosas en un mundo irreligioso, han permitido ellos mismos que Dios se haga remoto.
Las personas con visión clara, al ver esto, se
sienten tentadas a retirarse de las iglesias con una especie de disgusto, a fin
de proseguir la búsqueda de Dios por su cuenta. Y no es posible
culparlos del todo; porque la gente de iglesia que mira a Dios por el extremo
opuesto del telescopio, por así decirlo, de tal modo que queda reducido al
tamaño de un pigmeo, no pueden menos que terminar siendo ellos mismos
cristianos pigmeos; y naturalmente la gente con visión clara quiere algo mejor
que esto. Más todavía, las ideas sobre la muerte, la eternidad, el juicio, la
grandeza del alma, y las consecuencias perdurables de las decisiones
temporales, están todas pasadas de moda para los modernos, y es triste
comprobar que la iglesia cristiana, siguiendo la misma tendencia, en lugar de
alzar su voz para recordar al mundo lo que está siendo olvidado, se ha
acostumbrado a darle muy poco lugar a estos temas. Pero estas capitulaciones
ante el espíritu moderno resultan suicidas por lo que concierne a la vida
cristiana. (PREFACIO)