“Prosigo a la meta hacia el premio del
supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” Filipenses 3:14 (Leer Filipenses 3:12-21)
El artista
veneciano del siglo 16 Tiziano, en su obra maestra llamada “Alegoría de la
Prudencia”, ilustró la prudencia humana mediante un hombre de tres cabezas. Una
de ellas es la de un joven que mira hacia el futuro, la segunda cabeza es la de
un hombre maduro mirando al presente y la tercera es la de un anciano mirando
con profundidad al pasado. Por encima de las tres cabezas se puede leer la
siguiente frase: “Del ejemplo del pasado, el hombre del presente actúa con
prudencia para no poner en peligro el futuro”.
Al pensar en
las lecciones que podemos aprender de esta frase, es importante señalar que
para vencer la ansiedad creada por nuestros fracasos del pasado y el temor de
repetirlos en el futuro, es necesario ocuparnos de nuestro presente.
El apóstol
Pablo también se refirió a este tipo de principio, al escribir Filipenses
3:13-14: “…una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que
está por delante, prosigo a la meta hacia el premio del supremo llamamiento de
Dios en Cristo Jesús”.
Pablo nos invita a dejar atrás el pasado y a tener
esperanza en un futuro que nos espera al lado de nuestro Señor. Esto no
significa que Pablo esté diciendo que olvidemos por completo el pasado y sus
lecciones, sino más bien enseña a sus lectores que son libres de la culpa de
sus errores y del orgullo de las acciones que han realizado. Dios lo había
perdonado y esto lo capacitaba a vivir una vida presente que mirara “hacia el
premio”. Esta fue la motivación que lo impulsó a tener una relación creciente
con su Señor y Salvador.
1. Estamos a tan sólo horas de terminar un
año lleno de recuerdos, errores y lecciones aprendidas; pero si estamos al lado
del Señor, Él nos capacitará para vivir plenamente el presente, obtener la
sabiduría del pasado y enfrentar con valentía el futuro.
2. No permitas que un oscuro pasado
ensombrezca el futuro brillante al lado de Jesús. ¿Qué esperas? Responde al llamado del Señor: ¡Síguele!
(Juan 1:43; Marcos 2:14; Juan 21:19, 22).
HG/MD – (DEVOCIONAL DIARIO “MI DEVOCIONAL”)