viernes, 5 de enero de 2018

Usando nuestros dones y talentos 5 enero





“Pero a cada uno se le da la manifestación del Espíritu para el bien común.” (1ª Corintios 12:7 - LBLA)


Después de una clase en los dones espirituales, un joven me preguntó: "¿será que mi don es la profecía o la exhortación?"

Conociéndolo bien, fui muy cuidadoso al responderle: "no creo que ninguno de ellos sean tus dones. Pero si he conocido a alguien que tiene el don de ayudar, eres tú. Tú eres sensible a las necesidades de la gente y siempre estás listo para ayudar".

Una mirada de desilusión vino sobre su rostro. "¡Lo sabía!", respondió. Luchando con una baja autoestima, él estaba persiguiendo lo que erróneamente pensaba que era un gran don. Nunca estarás satisfecho tratando de ser algo que no eres.

Dios no ha distribuido dones y talentos equitativamente y sólo por esa razón podemos estar seguros de que nuestro sentido de autoestima no debe basarse en lo que hacemos. Nuestra aceptación viene de nuestra identidad en Cristo y nuestro crecimiento en carácter. Muéstrame a alguien que entiende quién es como hijo de Dios y cuyo carácter ejemplifica el fruto del Espíritu y te mostraré a alguien con una autoestima saludable.

Cada hijo de Dios tiene la misma identidad en Cristo y una oportunidad de crecer. Cuando nuestra identidad está firmemente establecida hemos madurado hasta el punto donde el fruto del Espíritu es evidente, nos sentimos satisfechos cuando usamos nuestros dones y talentos para edificar a otros.

Dios nos ha conocido desde la fundación del mundo. Él nos ha confiado con ciertos dotes de vida. Ciertamente nos guiará de tal forma que pueda usar nuestros dones y talentos. Es nuestra responsabilidad aprovecharnos de cualquier oportunidad que surja. Trágicamente, mucha gente va a la tumba con la música dentro de ellos, nunca contribuyendo a la sinfonía de la obra de Dios. Nunca se dieron cuenta de su potencial ni tomaron riesgos que la fe requiere. Ellos se mantuvieron asegurados al tronco del árbol, pero el fruto siempre se encuentra al final de la rama.


ORACIÓN. Señor, no quiero ir a la tumba sin haber logrado mi propósito. Usa mis dones y talentos para glorificarte y para edificar a otros, en el nombre de Jesús, amén.



NEIL ANDERSON - (DEV. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO")









TRADUCCIÓN