“Y por esto mismo, poniendo todo empeño, añadan a
su fe, virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al
dominio propio, perseverancia, a la perseverancia, devoción; a la devoción,
afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.” 2ª Pedro 1:5-7 (Leer: 2ª Pedro
1:1-11)
Hace algunos
años tuve una conversación con un joven universitario, quien me dijo que estaba
interesado en hablar conmigo, para conocer un poco más con respecto al
cristianismo y sobre las cosas religiosas en general. Cuando le consulté la
razón por la cual quería conocer sobre estos temas, me dijo muy sinceramente,
que deseaba expandir sus conocimientos, ya que hacía poco había terminado una
clase de sociología, y tenía mucha curiosidad con respecto a lo que motivaba a
las personas religiosas a hacer lo que hacen, pero que definitivamente no
quería ser del tipo que se levanta cada mañana, con el deseo de hacer la
voluntad de Dios.
Al oír esta
respuesta, me pregunté si este tipo de razonamientos existe entre los
creyentes: ¿Cuáles son nuestras motivaciones para aprender sobre la Biblia? ¿Es
para tener más detalles y estar al tanto de historias interesantes con respecto
a Jesús y otros personajes? ¿O es porque
deseamos conocer mejor a Dios, entender quién es Él y como resultado querer
hacer su voluntad?
El apóstol
Pedro nos aconseja sobre este asunto, debemos aumentar nuestro conocimiento de
Dios con el propósito de que nuestra fe madure. El conocimiento es un elemento
indispensable en el proceso de crecimiento del creyente, ya que nos ayuda a
tener dominio propio, perseverancia, piedad, afecto fraternal y amor. Este
proceso hacia la madurez, traerá como resultado llegar a conocer a Jesús de una
manera más profunda y personal (2ª Pedro 1:5-8).
No deberíamos
querer aprender más de Dios, tan sólo por tener más conocimiento; el propósito
mayor es llegar a ser personas que crezcan y estén centradas en Dios, que
muestren amor a quien lo necesite y sean productivas en su fe.
1. Crecer en Cristo, nos impulsa también
para servir a otros.
2. El conocimiento siempre debe conducir
a la sabiduría, ya que como un fin en sí mismo es peligroso.
MD/HG -
(DEVOCIONAL DIARIO “MI DEVOCIONAL”)