“mas vosotros sois...
nación santa” 1ª Pedro 2:9
Los cristianos son una nación santa, un pueblo apartado
del pecado y del infierno para una relación íntima con Dios. Originalmente
Israel era la nación santa de Dios, pero por la incredulidad perdió ese
privilegio. Ahora la iglesia, la que consiste tanto en judíos como en gentiles,
es Su pueblo único y permanecerá así hasta que la nación de Israel se
arrepienta y reciba a su Mesías en Su regreso (Zac 12:10).
La santidad bíblica (santificación) muchas veces es
malentendida, pero no debe ser así. Cuando el Espíritu Santo te liberó del
dominio de las tinieblas y te transfirió al reino de Cristo, te volviste Su
posesión especial. Eso no significa que
eres perfecto y sin pecado, pero sí significa que ya no eres esclavo del
pecado, del diablo o de la muerte. Esa es la santificación posicional. La
santificación práctica es la frecuente decreciente del pecado y la frecuente
creciente de justicia al tú progresar en tu caminar en Cristo.
La santificación no debe confundirse con falsos
estándares de santidad adoptados por aquellos, que como los fariseos, intentan
ser santos a través de medios externos o como los estoicos, tienen una devoción
sin pasión al deber o como los monjes, que se aíslan a sí mismos del mundo o
como los psicólogos cuasi-cristianos que reemplazan la santificación con la
introspección, autoanálisis y la mejora de la imagen de uno mismo.
La santidad comienza con amor por Cristo mismo. Eso es lo
que te impulsa a una mayor santificación. Pedro dijo que fuiste escogido según
la presciencia de Dios Padre por la obra santificadora del Espíritu, para que
puedas obedecer a Jesucristo (1ª Ped 1:2). Cristo mismo se convirtió para ti en
sabiduría de Dios y justicia y santificación y redención (1ª Cor 1:30). En Él
fuiste salvo, que es el comienzo de la santificación y en Él tienes todo
recurso necesario para progresar en la santidad.
JOHN MACARTHUR - (DEV. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO")
JOHN MACARTHUR - (DEV. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO")