“No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo
mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias, ni tampoco presentéis
vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos
vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos y vuestros miembros a
Dios como instrumentos de justicia.” Romanos
6:12-13
En Romanos
6:1-11 Pablo usa el tiempo pasado para enfatizar que hemos muerto al pecado en
el momento en que ponemos nuestra fe en Cristo. Por ejemplo: “los que hemos
muerto al pecado” (v 2), “nuestro viejo hombre fue crucificado” (v 6), “el que ha
muerto, ha sido justificado del pecado” (v 7). Debido a que estos versos están
en tiempo pasado, indican lo que ya es verdad acerca de nosotros, así que sólo
podemos creerlos.
En la base
sobre la cual Romanos 6:1-11 nos instruye a creer, Romanos 6:12-13, nos dice
cómo relacionarnos con el pecado. El pecado es un jefe que demanda servicio de
sus súbditos. Tú estás muerto al pecado, pero todavía tienes la capacidad de
servirle al poner tu cuerpo a la disposición del pecado. Es tu elección,
escoger si vas a permitir que tu cuerpo sea usado para el pecado o para la
justicia. Satanás, que está en la raíz de todo pecado, se aprovechará de
cualquiera que use su cuerpo como instrumento de injusticia. Por ejemplo, es imposible cometer un pecado
sexual sin usar tu cuerpo, y el pecado reinará en tu cuerpo mortal.
Para ilustrar
aún más, supongamos que tu pastor te pide usar tu coche para llevar canastas de
comida a los necesitados y un ladrón te pide usar tu coche para robar un banco.
Es tu coche y tú puedes elegir prestarlo a quien tú quieras, para el bien o
para el mal. ¿Cuál escogerías? ¡No debería haber duda!
Tu cuerpo
también es tuyo para usarlo para servir a Dios o al pecado y a Satanás, la
elección es tuya. Es por ello que Pablo escribió tan insistentemente: “os ruego
por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio
vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional” (Rom 12:1). Debido
a la victoria de Cristo sobre el pecado, tú eres completamente libre de escoger
no entregarte a obedecer al pecado como tu amo. Es tu responsabilidad no
permitir que el pecado reine en tu cuerpo mortal.
ORACIÓN. Señor, renuncio todo uso de mi cuerpo como instrumento de iniquidad y lo cedo a Ti hoy como un sacrificio vivo, en Cristo Jesús, amén.
NEIL ANDERSON – (DEV. “VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)
ORACIÓN. Señor, renuncio todo uso de mi cuerpo como instrumento de iniquidad y lo cedo a Ti hoy como un sacrificio vivo, en Cristo Jesús, amén.
NEIL ANDERSON – (DEV. “VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)