“Alégrense con los que
están alegres, lloren con los que lloran.” Romanos 12:15
Cuando empezaba mi ministerio pastoral recibí una de esas
llamadas telefónicas a media noche que todo pastor teme: "Pastor, nuestro
hijo tuvo un accidente. Los doctores no esperan que viva ¿podría venir al
hospital?"
Llegué al hospital alrededor de la una de la mañana. Me
senté con los padres en la sala de espera, orando y esperando lo mejor pero
temiendo lo peor. Cerca de las 4:00 am el doctor salió para darnos la peor
noticia: lo perdimos.
Estuvimos devastados. Estaba tan cansado y emocionalmente
agotado que en lugar de darles palabras de consuelo, sólo me senté ahí a llorar
con ellos. No podía pensar en nada qué decirles. Me fui a casa sintiendo que le
había fallado a la familia en su momento más oscuro.
Poco después del accidente, los padres del joven se mudaron. Pero unos cinco años después pasaron por nuestra iglesia para visitarnos y me llevaron a almorzar. "Neil, nunca olvidaremos lo que hiciste por nosotros cuando nuestro hijo murió" me dijeron. Sabíamos que nos amabas porque lloraste con nosotros.
Poco después del accidente, los padres del joven se mudaron. Pero unos cinco años después pasaron por nuestra iglesia para visitarnos y me llevaron a almorzar. "Neil, nunca olvidaremos lo que hiciste por nosotros cuando nuestro hijo murió" me dijeron. Sabíamos que nos amabas porque lloraste con nosotros.
Uno de los retos en el ministerio es aprender a responder
a los demás cuando reconocen honestamente sus sentimientos. He encontrado un
principio muy útil en las conversaciones de Job con sus amigos, Job dijo
"las palabras de un desesperado pertenecen al viento" (Job 6:26). Lo
que la gente dice en un momento de crisis emocional es irrelevante, sólo
transmiten qué tan heridos están. Tenemos una tendencia a fijarnos en las
palabras e ignorar el dolor. Cuando, afectadas por el dolor, María y Marta saludaron a Jesús dándole la
noticia de la muerte de Lázaro, Él lloró (Juan 11:35). Las palabras de Pablo lo
cristalizan para nosotros: "regocíjate con los que se regocijan y llora
con los que lloran" (Rom 12:15). No se supone que debamos instruir a
aquellos que lloran, se supone que debemos llorar con ellos.
ORACIÓN. Señor, enséñame a amar como Tú amas. Dame la libertad de responder emocionalmente a aquellos que están en dolor, en el nombre de Jesús, amén.
NEIL ANDERSON – (DEV. “VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)
ORACIÓN. Señor, enséñame a amar como Tú amas. Dame la libertad de responder emocionalmente a aquellos que están en dolor, en el nombre de Jesús, amén.
NEIL ANDERSON – (DEV. “VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)