Lee Apocalipsis 2:18-29
y verás que Cristo advirtió a la Iglesia en contra de la doctrina de Jezabel: “…que toleras que esa mujer Jezabel, que se
dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas
sacrificadas a los ídolos.” (Apocalipsis 2:20). La palabra griega para
Jezabel aquí es sinónimo de “falso maestro”. Ella claramente representa falsas
doctrinas, y Jesús lo aclara a continuación: “a cuantos no tienen esa
doctrina”. (Apocalipsis 2:24)
Aquí se muestra a un
grupo del pueblo de Dios, lleno de buenas obras y amor, que tienen una forma de
fe y paciencia. Pero con todo lo bueno y loable que sea, algo muy peligroso
está sucediendo, algo tan seductor, que Cristo advierte que enviará juicio y
hará de ellos un ejemplo para todas las iglesias. Algunos miembros de las
iglesias estaban vendiéndose a Satanás. Sus buenas obras, amor, servicio, fe y
paciencia fueron opacadas por la seducción de una falsa doctrina. Estaban bajo
el encanto de una falsa enseñanza, enseñanza que vino disfrazada como la
verdadera Palabra, pero era, de hecho, maligna.
Es peligroso sentarse
a escuchar una doctrina errada y Cristo no toma este asunto ligeramente. Sus
ojos están penetrando a la Iglesia, y Él mismo ha venido a advertir, exponer y
salvar a Su pueblo de esta terrible seducción. A qué iglesia vas, a quién estás escuchando y qué enseñanza se adueñó
de tu corazón, son asuntos muy, muy serios.
La marca de un
cristiano seducido es que “es llevado de una parte a otra” buscando enseñanzas
nuevas, diferentes y extrañas. La Biblia advierte: “No os dejéis llevar de
doctrinas diversas y extrañas” (Hebreos 13:9). Estamos hablando de correr de un
lugar a otro, de seminarios a convenciones, de iglesia en iglesia, sin tener
raíces en ningún lugar. Los oídos de tales personas están siempre ansiosos de
oír algo nuevo, sensacional, entretenido y placentero a la carne.
También llegan a la
iglesia de Times Square aquí en Nueva York: buscadores que deambulan sin
destino, cabalgando en los vientos de doctrinas. Ellos se asemejan a los
atenienses quienes: “…en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en
oír algo nuevo.” (Hechos 17:21). Pablo advirtió a Timoteo: “Porque vendrá
tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír,
se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias.” (2ª Timoteo
4:3).
DAVID WILKERSON - (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)
DAVID WILKERSON - (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)