“En aquellos días, unos profetas descendieron de Jerusalén a
Antioquía. Y levantándose uno de ellos llamado Agabo, daba a entender por el
Espíritu que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual
sobrevino en tiempo de Claudio. Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo
que tenía, determinaron enviar un socorro a los hermanos que habitaban en
Judea.” Hechos 11:27-29 (Lea Hechos 11:27-30)
Aquí está un ministerio
de uno de los dones del Espíritu, el de profecía. Desafortunadamente, el don de
profecía se ha asociado sólo con la habilidad de predecir el futuro. Pero ese
no es el significado primario. Primariamente significa: “hacer brillar”. Es la
habilidad de iluminar la Palabra de Dios y hacerla brillar. Pedro escribió:
“Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en
estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro” (2 Pedro 1:19a).
Estos eran hombres que podían tomar la Palabra de Dios y hacerla brillar.
Iluminaban la oscuridad en la vida de la gente con la verdad de Dios.
Ocasionalmente también eran capaces de iluminar el futuro, y eso es hecho aquí.
En esta ocasión
específica uno de ellos llamado Agabo se puso en pie por el Espíritu, predijo
que pronto habría una gran hambre a través del mundo y, aunque no se menciona
aquí, que sería especialmente severa en Judea. Esto se convirtió en realidad
unos pocos meses después. Cuando estos discípulos oyeron que iba a haber una
gran hambre, empezaron a prepararse para ello. Se dieron cuenta que iba a ser
especialmente severa en Judea, así que se prepararon para mandar un regalo a
Judea para cuando viniera el hambre. El
relato completo es una bella imagen de interés por el cuerpo. Ellos sabían que
esto iba a ocurrir. No esperaron a que ocurriera, hasta que finalmente
recibieran desgarradoras súplicas de Judea. Se anticiparon a ello por el
Espíritu, y tenían el regalo listo cuando los efectos del hambre se
presentaran. Lo mandaron por medio de sus maestros favoritos, Bernabé y Saúl,
quienes habían estado enseñando ahí en la iglesia durante un año.
¡Qué maravillosa
instrucción en el Espíritu Santo debieron de tener bajo el liderazgo de estos
dos hombres! Entendieron el carácter esencial de la iglesia, que es el cuerpo
el que comparte la vida, un miembro con otro. Fíjate que no hay un sentido de
jerarquía aquí, ningún sacerdocio. Sólo hay el cuerpo de cristianos juntos, un
grupo en Jerusalén y uno en Antioquía. Uno tiene necesidad, y el otro tiene de
sobra. Así que el cuerpo en Antioquía mandó
al cuerpo en Jerusalén lo que necesitaba para llenar su necesidad y para
compartir juntos en la vida de Jesucristo. ¡Qué maravillosa imagen es esta
de la iglesia! Las características esenciales de la iglesia están todas aquí:
los dones del Espíritu, la vida compartida en Jesús, la proclamación de la
Palabra, la enseñanza de las Escrituras, el compartir del cuerpo; está todo
aquí.
ORACIÓN. Señor, gracias por Tu Palabra. Pido que causes que brille en mí y que pudiera responder como lo hicieron estos cristianos primitivos.
APLICACIÓN PARA LA VIDA. El liderazgo piadoso y bíblico en el cuerpo de Cristo se asegurará de que los dones espirituales se pongan a trabajar, incluyendo la atención sensible y compasiva a las necesidades de otros. ¿Somos atentos y obedientes a nuestro don personal del Espíritu?
RAY STEADMAN - (DEV. "EL PODER DE SU PRESENCIA")
ORACIÓN. Señor, gracias por Tu Palabra. Pido que causes que brille en mí y que pudiera responder como lo hicieron estos cristianos primitivos.
APLICACIÓN PARA LA VIDA. El liderazgo piadoso y bíblico en el cuerpo de Cristo se asegurará de que los dones espirituales se pongan a trabajar, incluyendo la atención sensible y compasiva a las necesidades de otros. ¿Somos atentos y obedientes a nuestro don personal del Espíritu?
RAY STEADMAN - (DEV. "EL PODER DE SU PRESENCIA")