Francis Chan,
el conocido autor de “Loco Amor” y muchos libros más, sintió el llamado de Dios
de dejar su mega iglesia en una encantadora y próspera ciudad californiana. Al
salir de la seguridad financiera y la comodidad, reunió a un pequeño grupo de
creyentes en el corazón de San Francisco y comenzó a hacer ministerio en las
calles. Debido a que él es alguien tan distinguido y reconocido en los círculos
cristianos, él pudo haber puesto algunos avisos publicitarios, distribuido
volantes e iniciado una iglesia con unos cuantos miles de personas sin mucho
esfuerzo. Pero él no quería que la gente de otras iglesias abandonara sus
iglesias y viniera a la suya: Él quería ganar almas para Cristo.
Francis Chan
dejó todo atrás por causa del evangelio para vivir las realidades del libro de
los Hechos. ¿Cuántos de nosotros tenemos espacio en nuestra vida diaria para
una verdadera vida del Nuevo Testamento? Muchos están viviendo vidas cristianas
normales, adecuadas y diluidas. Al menos, piensan que es normal porque es todo
lo que ven a su alrededor, de modo que se vuelve aceptable. Ser algo diferente
de lo que ellos son, sería considerado anormal.
Leonardo
Ravenhill, un renombrado pastor británico, que murió hace un par de décadas,
dijo: “El cristianismo hoy es tan subnormal que, si un cristiano comenzara a
actuar como un cristiano normal del Nuevo Testamento, se le consideraría
anormal”.
Es cierto, el
cristianismo de hoy es más egoísta que en generaciones anteriores: más
consumista, más materialista. “¿Qué puedo obtener de la iglesia? ¿Qué puedo
sacar de Dios?” La gente ha aceptado a Cristo, pero no le han permitido cambiar
realmente su forma de vida.
El llamado de
Dios para su pueblo hoy es amoroso pero urgente. Él quiere que le digamos: “Soy
una vasija vacía, Señor. Por favor, lléname y ayúdame a caminar en la vida del
Nuevo Testamento. No importa lo que cueste ni lo que sea necesario, Dios,
quiero ganar almas”.
GARY WILKERSON - (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)