“Entonces dijo Jehová a Isaías: ―Sal ahora al
encuentro de Acaz, tú y Sear-jasub, tu hijo, al extremo del acueducto del
estanque de arriba, en el camino de la heredad del Lavador, y dile: ‘Cuídate y
ten calma; no temas ni se turbe tu corazón a causa de estos dos cabos de tizón
que humean, por el ardor de la ira de Rezín y de Siria, y del hijo de
Remalías’” Isaías 7:3-4 (Lea: Isaías 7:1-14)
Se nos dice el
lugar exacto al cual Dios dirigió al profeta cuando hizo esta declaración
frente al rey. Probablemente leas esto pensando que esto es tan sólo una
dirección trivial que Dios le dio. Pero esto es muy significativo. A Isaías se
le dijo que fuera “al extremo del acueducto del estanque de arriba, en el
camino de la heredad del Lavador”; que se pusiera en pie en ese sitio exacto y
que le diera esta declaración al rey Acaz. ¿Qué significa todo eso? Ahí en ese
sitio, y sólo allí, el profeta debía de informar al rey Acaz que no tenía nada
que temer de los dos ejércitos que amenazaban a la ciudad de Jerusalén. Eran
sólo “cabos de tizón”, y no eran ninguna amenaza en absoluto. El relato declara
que la liberación ocurriría dentro de los próximos sesenta y cinco años. Y todo
ocurrió tal y como fue predicho.
Al leer este pasaje debemos de recordar la peculiar
naturaleza de la comisión de Isaías. En el capítulo 6 fue mandado a su
pueblo con un mensaje muy extraño. Dios le dijo: “Ve y habla a este pueblo,
pero habla de tal manera que oirán lo que dices pero no lo entenderán, y verán de
lo que hablas pero no lo comprenderán”. Aquí se nos da una pista que Isaías
debe de profetizar en un lenguaje un tanto críptico y de doble significado.
Esta palabra
sobre “el extremo del acueducto del estanque de arriba, en el camino de la
heredad del Lavador” es un buen ejemplo de esto. La palabra “estanque” en
hebreo también significa “bendición”. Es obvio por qué un estanque de agua
sería llamado una bendición. En una tierra que es seca y sedienta, cualquier
estanque de agua demostraría ser una bendición. Así que la palabra tiene dos
significados. La palabra “arriba” significa más que un estanque localizado en
el nivel superior. También significa “el Altísimo”. Así que el segundo
significado que tenemos es la frase “la bendición del Altísimo”. Este estanque
es un manantial de agua, localizado en la ladera oeste de la vieja ciudad de
David, que fluía hacia abajo mediante un acueducto a la ciudad. Al final de
este acueducto, se vaciaba a un pequeño estanque, y era en este lugar exacto
donde el profeta fue dicho que debía de estar.
Al mismo
tiempo, ese también era el camino por el cual llegó allí: “el camino de la
heredad del Lavador”. Un camino o una senda en las Escrituras es siempre una
ascensión. En Isaías 35 es llamado
“Camino de Santidad”, así que tiene que ver con rectitud y con restauración
moral. Esto también es reforzado por el hecho de que llevaba a “la heredad
del Lavador”. La heredad estaría en el lugar de lavado. Así que podemos ver por
qué un estanque, el cual estaba al final de un acueducto de agua bajando de un
manantial superior, también sería el lugar donde la gente lavaría su ropa. Es
aquí que Isaías debía estar.
Cuando
consideramos los significados, vemos por qué el profeta fue enviado a donde
estos dos sitios se encuentran: era el sitio donde “venía de arriba el camino
de restauración y de lavado, y se encontraba con el fluido hacia abajo del
canal de bendición del Altísimo”. ¿Qué simbolizaría eso? Del Nuevo Testamento
sabemos que eso sólo podía describir al Señor Jesús mismo. Él es “el extremo
del acueducto, el canal de bendición del Altísimo”. Él es también “el camino de
restauración”, la ascensión hacia arriba que trajo al profeta a ese lugar. Todo
esto es una bella descripción poética de Jesús mismo.
ORACIÓN. Gracias, Padre, por la restauración que está disponible en Jesús.
APLICACIÓN PARA LA VIDA. “Cuando mis luchas terminan aquí”, las Escrituras desde el principio al final nos ofrecen al Señor Jesucristo como Aquel de quien fluyen todas las bendiciones. ¿Confiamos en Él como nuestra única Fuente de bendición?
RAY STEADMAN - (DEV. "EL PODER DE SU PRESENCIA")
ORACIÓN. Gracias, Padre, por la restauración que está disponible en Jesús.
APLICACIÓN PARA LA VIDA. “Cuando mis luchas terminan aquí”, las Escrituras desde el principio al final nos ofrecen al Señor Jesucristo como Aquel de quien fluyen todas las bendiciones. ¿Confiamos en Él como nuestra única Fuente de bendición?
RAY STEADMAN - (DEV. "EL PODER DE SU PRESENCIA")