sábado, 3 de febrero de 2018

Libro de Oro 3 febrero





LAS COSAS TERRENALES SON REGALOS DE DIOS


1. El primer principio a considerar es que si los dones de Dios son dirigidos al mismo propósito para el cual fueron creados y destinados, no pueden manejarse equivocadamente. El no ha hecho las bendiciones terrenales para nuestro perjuicio, sino para nuestro beneficio. Nadie, por consiguiente, puede observar regla más correcta e indicada que la fiel observancia de este propósito.


2. Si estudiamos, por ejemplo, el motivo por el cual Dios ha creado distintas clases de alimentos, encontramos que Su intención era no sólo proveer para nuestras necesidades, sino igualmente para nuestro placer y deleite. Al darnos los materiales necesarios para vestirnos, no sólo tuvo en mente nuestras necesidades, sino también el decoro y la decencia. En las diversas hierbas, árboles y frutos, que son útiles de varias maneras, el Señor quiso agradarnos haciéndolos con líneas armoniosas y aromas agradables. Si esto no fuera verdad, el salmista no habría enumerado entre las bendiciones divinas… “el vino que alegra el corazón del hombre, el aceite que hace brillar el rostro, y el pan que sustenta la vida del hombre”. Las Escrituras declaran que Él nos ha dado todas estas cosas con el propósito de que podamos alabar Su bondad para con nosotros.


3. Aun las propiedades naturales de todo lo creado señalan para qué propósito y hasta qué grado nos es lícito usarlas. ¿Habría creado el Señor algo tan atractivo a nuestros sentidos como la belleza de las flores, y puesto en nuestro ser el sentido del olfato, para que no pudiésemos disfrutarlas? ¿No ha hecho el Señor los colores de manera que uno es más maravilloso que otro? ¿No le ha conferido al oro y la plata, al marfil y al mármol una belleza que les hace más preciosos que los otros metales o piedras? En una palabra. ¿No ha hecho Él los elementos de Su creación dignos de nuestra atención, para que tengamos aún mucho más que aquello que cubra nuestras necesidades? (Ver Sal. 104:15)



JUAN CALVINO - (DEV. "EL LIBRO DE ORO DE LA VERD.")









TRADUCCIÓN