"He aprendido a estar contento en cualesquiera
circunstancia en que me encuentre." (Filipenses 4:11 Versión Moderna)
Estas palabras
las escribió Pablo desde una prisión, estando rodeado de dificultades y
careciendo de toda comodidad.
Se cuenta la historia
de un rey que una mañana fue a su jardín y se encontró que todo estaba
secándose y muriendo. Preguntó a un roble que estaba plantado junto a la puerta
del cercado, cuál era la causa. Se encontró con que el roble estaba hastiado de
la vida y decidido a morir porque no era alto y hermoso como el pino. El pino
estaba descorazonado porque no podía producir uvas como la vid. La vid iba a
suicidarse porque no podía mantenerse derecha y tener frutos tan hermosos como
los del melocotonero. El geranio estaba
enojado porque no era alto y fragante como la lila, y en fin, esta era la
situación de todo lo que había en el jardín. Al llegar a un pensamiento, vio
que su cara estaba tan brillante y tan contenta como siempre. "Bueno,
pensamiento, me alegro de encontrar en medio de tanto desaliento una florecilla
valiente. Tú no pareces estar desanimada lo más mínimo." "No, yo no
soy de mucha importancia, pero pensé que si Usted desease un roble, un pino, un
melocotonero o una lila los hubiese plantado; pero como sabía que Ud. deseaba un
pensamiento, me he propuesto poner de mi parte todo cuanto pueda, para ser tan
buen pensamiento como me sea posible."
Puede ser que otros
hagan un trabajo mayor que el tuyo, pero tú tienes que hacer una cierta labor, y ninguna otra persona puede realizarla tan
bien como tú.
Los que se entregan a
Dios sin reservas, se encuentran contentos en todas sus situaciones, porque
solamente quieren lo que El quiere, y desean hacer por El, lo que El quiere que
hagan. Ellos se despojan de todo y en tal desnudez encuentran restauradas todas
las cosas en un céntuplo.
L. B. COWMAN - (DEV. "MANANTIALES EN EL DESIERTO")
L. B. COWMAN - (DEV. "MANANTIALES EN EL DESIERTO")