"¡Ayúdanos, oh Jehová, Dios nuestro, porque nos
apoyamos en ti, y en tu nombre salimos contra esta multitud!" 2 Crónicas 14:11
Recuerda a Dios de Su
gran responsabilidad. Hay una traducción que lo expresa con estas palabras: "No
hay ningún otro excepto Tú que ayude.” Las ventajas contra Asa eran enormes.
Había un millón de hombres en armas contra él y además trescientos carruajes. Parecía
imposible que él pudiese defenderse contra aquella multitud. No tenía ningunos
aliados que pudieran venir en su ayuda; por lo tanto, su sola esperanza estaba
en Dios. Puede ser que tus dificultades hayan llegado a tal extremo, que te
hayas visto obligado a renunciar a la ayuda de aquellos a quienes recurriste en
pruebas menores y vengas en busca del Amigo Todopoderoso.
Pon a Dios entre ti y
el enemigo. Por la fe de Asa, parece ser que Dios se interpuso entre él y el
poder de Zera. El no estaba equivocado. Se nos dice que los etíopes fueron
destruidos delante de Dios y delante de Su ejército, como si combatientes celestiales
se hubiesen arrojado contra el enemigo ayudando a Israel y poniendo en huída la
mayor parte del ejército, así que Israel solo tuvo que perseguirlo y recoger
los despojos. Nuestro Dios es Jehová de
los ejércitos, quien puede en cualquier momento reunir refuerzos inesperados
para ayudar a Su pueblo. Cree que El está entre ti y tu dificultad y lo que
a ti puede vencerte huirá delante de El, como las nubes delante del viento fresco.
-F. B. MEYER-
Abraham creyó a
Dios, y dijo a la vista, "¡Ponte atrás!" a las leyes naturales,
"¡Guardad paz!" y a un corazón dudoso, "¡Silencio, tentador
mentiroso!" El creyó a Dios. -JOSEPH
PARKER-
Cuando hemos oído
la voz de Dios, podemos contestar a toda voz, circunstancia, o ley contraria a
Su palabra, como contestó Abraham: ¡Silencio, tentador mentiroso!"
L. B. COWMAN - (DEV. "MANANTIALES EN EL DESIERTO")
L. B. COWMAN - (DEV. "MANANTIALES EN EL DESIERTO")