“El Dios de toda gracia… él mismo os perfeccione, afirme,
fortalezca y establezca.” 1ª Pedro 5:10
Al entrar en alguna
nueva relación con Cristo, primeramente debernos poseer la luz suficiente
espiritual para satisfacer nuestra mente de que tenemos el derecho de
permanecer en tal estado. La menor sombra de duda destruirá nuestra confianza.
Después de habernos dado cuenta de esto, debemos de arriesgarnos, tener confianza,
hacer nuestra elección y ocupar nuestro lugar tan definitivamente como el árbol
plantado en el suelo, o como la novia que se entrega en el altar del
casamiento. Debe uno de tomar esta actitud, y entregarse una vez para siempre,
sin reservas, sin volverse atrás.
Después hay un período
de confirmación, afianzamiento y prueba durante el cual debemos de
"permanecer firmes" hasta que el nuevo estado se fija de tal manera
que llega a convertirse en un nuevo hábito. Sucede exactamente lo mismo que
cuando el médico compone un hueso quebrado. El lo coloca en las tablillas para
evitar que vibre. Así también Dios posee Sus tablillas espirituales, las cuales
desea colocar a Sus hijos para que permanezcan sin moverse hasta que hayan
pasado por el primer estado de la fe. Para nosotros no es siempre fácil el obrar,
"pero el Dios de toda gracia, el cual nos ha llamado para Su eterna gloria
por medio de Jesucristo, después que habéis sufrido un poco, confirma,
fortalece y os establece." -A. B. SIMPSON-.
Tanto en el pecado como en la enfermedad existe una ley natural,
y si nos dejamos llevar y sumergir en la dirección de las circunstancias, nos
hundiremos bajo el poder del tentador. Pero hay otra ley de vida
espiritual y vida física en Cristo Jesús, a la cual podemos elevarnos y por
medio de la cual podemos contrarrestar y vencer la otra ley que trata de
arruinarnos.
El hacer esto requiere
verdadera energía espiritual, un propósito determinado, y una disposición
segura y un hábito de fe. Sucede lo mismo que cuando se utiliza el poder eléctrico
en la fábrica. Para ello es necesario conectar la correa de transmisión y
guardarla en movimiento. El poder está allí, pero tenemos que mantener el
contacto y de esta manera toda la maquinaria realizará su cometido.
Hay una ley espiritual
de elección, creencia, perseverancia y firme posesión en nuestro caminar con
Dios, la cual es esencial para que el Espíritu Santo obre en nuestra
santificación o curamiento. -DÍAS
CELESTIALES SOBRE LA TIERRA-.
L. B. COWMAN - (DEV. "MANANTIALES EN EL DESIERTO")
L. B. COWMAN - (DEV. "MANANTIALES EN EL DESIERTO")