sábado, 27 de enero de 2018

Manantiales 27 enero





“El Dios de toda gracia… él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.” 1ª Pedro 5:10


Al entrar en alguna nueva relación con Cristo, primeramente debernos poseer la luz suficiente espiritual para satisfacer nuestra mente de que tenemos el derecho de permanecer en tal estado. La menor sombra de duda destruirá nuestra confianza. Después de habernos dado cuenta de esto, debemos de arriesgarnos, tener confianza, hacer nuestra elección y ocupar nuestro lugar tan definitivamente como el árbol plantado en el suelo, o como la novia que se entrega en el altar del casamiento. Debe uno de tomar esta actitud, y entregarse una vez para siempre, sin reservas, sin volverse atrás.

Después hay un período de confirmación, afianzamiento y prueba durante el cual debemos de "permanecer firmes" hasta que el nuevo estado se fija de tal manera que llega a convertirse en un nuevo hábito. Sucede exactamente lo mismo que cuando el médico compone un hueso quebrado. El lo coloca en las tablillas para evitar que vibre. Así también Dios posee Sus tablillas espirituales, las cuales desea colocar a Sus hijos para que permanezcan sin moverse hasta que hayan pasado por el primer estado de la fe. Para nosotros no es siempre fácil el obrar, "pero el Dios de toda gracia, el cual nos ha llamado para Su eterna gloria por medio de Jesucristo, después que habéis sufrido un poco, confirma, fortalece y os establece." -A. B. SIMPSON-.

Tanto en el pecado como en la enfermedad existe una ley natural, y si nos dejamos llevar y sumergir en la dirección de las circunstancias, nos hundiremos bajo el poder del tentador. Pero hay otra ley de vida espiritual y vida física en Cristo Jesús, a la cual podemos elevarnos y por medio de la cual podemos contrarrestar y vencer la otra ley que trata de arruinarnos.

El hacer esto requiere verdadera energía espiritual, un propósito determinado, y una disposición segura y un hábito de fe. Sucede lo mismo que cuando se utiliza el poder eléctrico en la fábrica. Para ello es necesario conectar la correa de transmisión y guardarla en movimiento. El poder está allí, pero tenemos que mantener el contacto y de esta manera toda la maquinaria realizará su cometido.

Hay una ley espiritual de elección, creencia, perseverancia y firme posesión en nuestro caminar con Dios, la cual es esencial para que el Espíritu Santo obre en nuestra santificación o curamiento. -DÍAS CELESTIALES SOBRE LA TIERRA-.



L. B. COWMAN - (DEV. "MANANTIALES EN EL DESIERTO")









TRADUCCIÓN