sábado, 27 de enero de 2018

¿Cómo son las huellas que tú dejas? 27 enero





Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” Efesios 4:17-24


Cuando caminamos por un terreno cubierto de nieve o por una playa arenosa, nuestros pies se hunden en el piso a cada paso. Y si nos detenemos y miramos hacia atrás, veremos con bastante claridad nuestras huellas indicando los lugares donde hemos pisado. Nuestro caminar en el aspecto espiritual también puede dejar huellas muy visibles. Es muy importante que andemos de manera que esas huellas produzcan resultados agradables a Dios y que todos los que las vean sean impactados positivamente. Este es el énfasis del pasaje de hoy. Aquí el apóstol Pablo se dirige a los cristianos de Efeso, y los exhorta a que abandonen el estilo de vida anterior y marchen por el nuevo camino de la vida cristiana. Les dice que ya no anden “como los otros gentiles”, es decir como aquellos a los que no ha llegado la luz redentora de Cristo, y por lo tanto tienen el “entendimiento entenebrecido.”

Al comienzo de este capítulo 4, Pablo nos da algunos consejos en cuanto a cual debe ser nuestro andar en este mundo. Dice Efesios 4:1-3: “Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.” Humildad, mansedumbre, paciencia, tolerancia, amor, unidad, paz. Estas son las principales características que deben ser parte de nuestro caminar. De esta manera el testimonio de nuestras huellas podrá edificar a otros. Claro que tenemos que entender que por nosotros mismos no podemos lograrlo por mucho que nos lo propongamos, pues esto sólo es posible por medio de la acción del Espíritu Santo en nuestras vidas, el cual produce en nosotros su fruto y dirige nuestros pasos por el camino correcto. Así dice el Salmo 37:23: “Por el Señor son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino.”

En su carta a los colosenses, Pablo les dice que él y sus colaboradores no han cesado de orar pidiendo inteligencia espiritual para ellos, de manera que su testimonio agrade a Dios en todo. Dice Colosenses 1:9-10: “Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios.”

Para que seamos sensibles a la voz de Dios y sea él quien dirija nuestros pasos conforme a su voluntad, es necesario que nos acerquemos cada vez más a él, que le conozcamos más, que busquemos su rostro cada día, que oremos más, que leamos más su Palabra y meditemos en ella y la apliquemos a nuestras vidas, esforzándonos por obedecerla. A través de esta diaria comunión con Dios seremos “llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual”, y todas nuestras acciones dejarán huellas similares a las que dejó Jesús en su caminar por este mundo, para la honra y la gloria de Dios.


ORACIÓN: Padre santo, te ruego pongas en mí la mente y el carácter de Cristo para que las huellas que yo deje en mi andar por este mundo glorifiquen tu nombre. En el nombre de Jesús, Amén.



ENRIQUE SANZ - (DEVOCIONAL "DIOS TE HABLA")









TRADUCCIÓN