martes, 2 de enero de 2018

Manantiales 2 enero





"Todas las cumbres serán sus pastos." Isaías 49:9


No debemos de permanecer en medio del valle cuando la cima del Tabor nos espera. ¡Cuán puro es el rocío de las colinas; qué fresco es el aire de la montaña; cuán admirable es la vida de los que habitan en las alturas y cuyas ventanas miran hacia la Nueva Jerusalén!

Muchos cristianos se contentan viviendo como los mineros de las minas de carbón que no ven el sol. Sus caras están dañadas por las lágrimas, cuando muy bien pudieran ungirlas con aceite celestial. Estoy cierto que muchos creyentes se consumen en un calabozo teniendo la oportunidad de andar por los tejados de palacios y regocijarse en el paisaje de la bella tierra y el Líbano. ¡Levántate, creyente, de tu baja condición! Arroja tu pereza, tu letargo, tu frialdad o cualquier otra cosa que pueda intervenir en tu amor casto y puro hacia Cristo. Haz a El, la fuente, el centro y la circunferencia de los deleites de tu alma. No permanezcas por un momento más, satisfecho con lo poco que has alcanzado. Aspira a una vida más noble, más elevada y más completa. ¡Hacia el cielo! -Spurgeon.

Muchos de nosotros no vivimos lo mejor que podemos. Nos quedamos en tierras bajas, porque tememos trepar por las montañas. Los precipicios y escarpaduras nos aterrorizan de tal modo que preferimos quedarnos en los valles nebulosos y no aprendemos el misterio de las montañas. No sabemos lo que perdemos con nuestra propia indulgencia. Si tuviéramos valor para trepar las colinas y dirigirnos por el país montañoso de Dios, podríamos tener la dicha de ver la gloria que allí nos espera y de recibir innumerables bendiciones. - J.R.M.

"Los que edifican debajo de las estrellas, construyen muy bajo."



L. B. COWMAN - (DEV. "MANANTIALES EN EL DESIERTO")









TRADUCCIÓN