"Todas las cumbres serán sus pastos." Isaías 49:9
No debemos de
permanecer en medio del valle cuando la cima del Tabor nos espera. ¡Cuán puro
es el rocío de las colinas; qué fresco es el aire de la montaña; cuán admirable
es la vida de los que habitan en las alturas y cuyas ventanas miran hacia la
Nueva Jerusalén!
Muchos cristianos se
contentan viviendo como los mineros de las minas de carbón que no ven el sol. Sus
caras están dañadas por las lágrimas, cuando muy bien pudieran ungirlas con
aceite celestial. Estoy cierto que muchos creyentes se consumen en un calabozo
teniendo la oportunidad de andar por los tejados de palacios y regocijarse en el
paisaje de la bella tierra y el Líbano. ¡Levántate, creyente, de tu baja
condición! Arroja tu pereza, tu letargo, tu frialdad o cualquier otra cosa que
pueda intervenir en tu amor casto y puro hacia Cristo. Haz a El, la fuente, el
centro y la circunferencia de los deleites de tu alma. No permanezcas por un momento
más, satisfecho con lo poco que has alcanzado. Aspira a una vida más noble, más
elevada y más completa. ¡Hacia el cielo! -Spurgeon.
Muchos de nosotros no
vivimos lo mejor que podemos. Nos quedamos en tierras bajas, porque tememos
trepar por las montañas. Los precipicios y escarpaduras nos aterrorizan de tal
modo que preferimos quedarnos en los valles nebulosos y no aprendemos el
misterio de las montañas. No sabemos lo que perdemos con nuestra propia
indulgencia. Si tuviéramos valor para trepar las colinas y dirigirnos por el
país montañoso de Dios, podríamos tener la dicha de ver la gloria que allí nos espera
y de recibir innumerables bendiciones. - J.R.M.
"Los que edifican
debajo de las estrellas, construyen muy bajo."
L. B. COWMAN - (DEV. "MANANTIALES EN EL DESIERTO")
L. B. COWMAN - (DEV. "MANANTIALES EN EL DESIERTO")