sábado, 27 de enero de 2018

"Lleno de maldad" 27 enero





“... y es que a todos los mortales nos espera lo mismo, y que durante toda nuestra vida tenemos el corazón lleno de maldad e insensatez, y que al final acabamos entre los muertos.” Eclesiastés 9:3b


El mercado nocturno de la calle Temple en Hong Kong es un lugar muy concurrido. Rodeado de antiguos edificios de apartamentos, está usualmente repleto de residentes locales y turistas en busca de artículos inusuales y ofertas.

Es también donde hace unos años tuvo lugar uno de los más atroces atentados con bombas de ácido.

Para quienes no lo saben, y oro que ese desconocimiento se extienda a la mayoría de ustedes, un ataque con bomba de ácido es cuando alguien arroja de lo alto de un edificio botellas conteniendo ácido, que caen sobre las personas que pasan por la calle.

Debido a que nadie se adjudicó los ataques, la policía asumió que no tenían motivación política. Por otro lado, al no tener sospechosos, se cree que, quien tiró la bomba lo hizo sólo por placer. El atacante es como el piro maníaco, sólo que en este caso disfruta destruyendo personas, en vez de edificios.

En nuestra sociedad actual, la mayoría de las personas rechazan la idea del pecado original, y también la mayoría cree que el hombre es básicamente bueno. Pero no es así. Eclesiastés está en lo correcto cuando dice: "... tenemos el corazón lleno de maldad e insensatez".

La mayoría de nosotros no arroja bombas de ácido. Pero todos nosotros, por naturaleza, somos pecadores... pecadores perdidos y sin esperanza.

Es a este mundo enfermo y pecador, que el Señor envió a su Hijo perfecto, con la misión de rescatarnos del mal. Una misión que Jesús cumplió sin falla. Y gracias a su sacrificio abnegado, todo el que cree en él será perdonado y recibirá su promesa de la vida eterna junto a Dios.

En un mundo de constantes amenazas, donde una bomba de ácido -o cualquier otra cosa- puede cambiar nuestra vida en un segundo, necesitamos la esperanza que sólo Jesús puede darnos.


ORACIÓN: Amado Señor, ¡cuánta pena debes sentir cuando ves el estado de tu creación! Enviaste a tu Hijo a rescatarnos, pero son muchos los que prefieren seguir viviendo en pecado. Te pido que me uses como tu testigo dondequiera que vaya. En el nombre de Jesús. Amén.



CRISTO PARA TODAS LAS N. - (DEV. “ALIMENTO DIARIO”)









TRADUCCIÓN