“...cuando pases por el fuego, no te quemarás...”
Isaías 43:2
En lugar de
cambiar nuestras circunstancias, Dios suele usarlas para cambiarnos. Es verdad
que ha prometido librarnos de las aflicciones, aunque no necesariamente de
acuerdo con nuestro calendario o modo de pensar. Dios quiere librarnos, pero
también desea mucho más. Su deseo es transformarnos para que nos asemejemos a
Su Hijo y alcancemos la plenitud del potencial que Él nos ha dado. Fíjate en cuántas
veces la Biblia habla de “pasar por algo”. Para llegar a la Tierra Prometida,
Israel tuvo que pasar por el Mar Rojo, por el desierto y también por el Río
Jordán. Reflexiona sobre estos dos versículos: “Atravesando el valle de
lágrimas, lo cambian en fuente ... Irán de poder en poder” (Salmos 84:5-7).
“Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te
anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás...” (Isaías 43:2).
Dios no opera
regido por minutos, horas ni días; Él trabaja por fases. El refinador sabe
cuánto tiempo debe pasar el mineral en el fuego para extraer el oro. El
alfarero sabe cuánto tiempo debe pasar la arcilla en el torno para convertirse
en un objeto de valor, bello y útil. Confía en Dios, pues Él sabe lo que está
haciendo. Ten paciencia, ya que mientras Dios está obrando por ti, también está
obrando en ti. Cuando superes la prueba, mirarás atrás y Le agradecerás todo lo
que te ha enseñado.
BOB Y DEBBIE GASS - (DEVOCIONAL "LA PALABRA
PARA HOY")
ÚLTIMO DÍA DEL DEVOCIONAL