“… doy nuevas
de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy […] un
Salvador” Lucas 2:10-11 (Leer: Lucas 2:1-11)
Diversas tradiciones de Navidad caracterizan a los países
donde se celebra. Al ver las flores de poinsetia, deberíamos agradecerle a
México; al comer turrones, dar gracias a Italia y España; al decir o escuchar
la palabra «Noel», expresar gratitud a Francia.
Pero, al disfrutar de nuestras tradiciones navideñas,
costumbres recolectadas de todo el mundo, debemos dar nuestro mayor y más
profundo «gracias» a nuestro Dios bueno, misericordioso y amoroso. De Él, vino
la razón de nuestra celebración: el bebé nacido en aquel pesebre de Judea hace
más de dos mil años. Un ángel anunció la llegada de este regalo a la humanidad,
diciendo: «os doy nuevas de gran gozo […]: que os ha nacido hoy […] un
Salvador, que es CRISTO el Señor» (Lucas 2:10-11).
Esta Navidad, aun a la luz del iluminado árbol de Navidad
y rodeados de regalos recién abiertos, el
verdadero entusiasmo se manifiesta al dirigir nuestra atención al bebé llamado
Jesús, quien vino para salvar «a su pueblo de sus pecados» (Mateo 1:21). Su
nacimiento trasciende las tradiciones; es el foco de nuestra gratitud al alabar
a Dios por este regalo indescriptible de Navidad.
Señor, gracias por venir a habitar con nosotros aquella
primera Navidad. En esta época de tantas tradiciones, ayúdanos a ponerte en
primer lugar.
«… el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz…».
Romanos 15:13
(La Biblia en
un año: Sofonías 1–3 — Apocalipsis 16:1-21)
DAVE BRANON -
(DEVOCIONAL “NUESTRO PAN DIARIO")