Todos los años,
durante las atareadas fiestas, los cristianos recuerdan el verdadero
significado de la Navidad: ¡La venida de Jesús! Nuestros corazones se llenan de
gratitud porque Dios el Padre envió a un Salvador para redimirnos. Disfrutamos
de muchas bendiciones: Ver regalos coloridos alrededor del árbol en la sala de
estar; cantar villancicos e himnos; agradecer a Dios por su bondad. Algunos de
nosotros incluso disfrutamos al ver “La Navidad con Charlie Brown”, cuando
Linus menciona citas de Lucas 2 al final.
Debemos estar
agradecidos con todos nuestros corazones por las bendiciones que disfrutamos en
Navidad. Sabemos que todas las cosas buenas vienen del Padre. Sin embargo, es
bueno que hagamos memoria de por qué vino Jesús: porque estamos en guerra, en
guerra contra los poderes de las tinieblas, contra espíritus demoníacos, contra
el mismo diablo. El diablo viene a nuestras vidas para tratar de robar, matar y
destruir; todo esto, con la intención de desviarnos de los buenos propósitos de
Dios. Con el nacimiento de Cristo, Dios estableció una ‘cabeza de playa’ para
luchar contra el enemigo de una nueva manera; en efecto, un desembarco de un
Día D contra las fuerzas atrincheradas del infierno.
Muchos
creyentes no quieren reconocer esta guerra en sus vidas, pero es un hecho
bíblico que el enemigo de nuestras almas siempre está moviéndose contra el
pueblo de Dios. Por lo tanto, si nuestro enfoque durante estas fiestas está
sólo en las bendiciones; inclusive en cosas buenas como dar y recibir; nos
perderemos el mayor impacto del sacrificio de Jesús en nuestro favor. Y nos
perderemos de la bendición más profunda y definitiva que la Navidad revela que
es nuestra.
Dios el Padre
se aseguró de que su Hijo amado fuera entregado. Todas las victorias milagrosas
disfrutadas en el nombre de Jesús durante siglos yacían en el humilde pesebre,
en la pequeña forma de un bebé.
Al celebrar la
Navidad, agradezcamos todas las bendiciones de Dios, especialmente la victoria
que tenemos debido al nacimiento del Niño Jesús.
GARY WILKERSON - (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)