“Entre los débiles me comporto como débil, para
ganar a los débiles; me comporto como todos ante todos, para que de todos pueda
yo salvar a algunos. Y esto lo hago por causa del evangelio, para ser
copartícipe de él.” 1ª Corintios 9:22-23
En una
oportunidad, el pastor J de una Iglesia Bautista de Carolina del Norte predicó
su sermón desde el techo del templo de su iglesia.
Previamente,
había dicho que haría eso si para el estudio bíblico llegaban 125 personas... y
habían llegado 133.
Siguiendo el
ejemplo de su abuelo, que ocasionalmente también predicaba desde el techo de su
iglesia, el pastor confesó: "Fue la primera vez que me sentí como si
estuviera tocando el cielo con las manos".
En otra
iglesia, a sólo tres millas de distancia de esa, uno de sus pastores también
predicó desde el techo, cumpliendo la promesa que así lo haría el día que
hubiera más de 250 personas en el servicio de adoración.
Quizás me estoy
perdiendo algo. ¿Qué tal si digo que si más de 1.000 personas se suscriben a
estas Devociones Diarias me afeito la barba? ¿Le parece que lograré generar
algún interés?
Dudo que
predicar desde el techo sea lo que San Pablo tenía en mente cuando dijo: 'Me
comporto como todos ante todos'. El apóstol Pablo le habló a muchas personas, a
toda clase de personas, en la forma en que cada una de ellas podían
comprenderlo.
¿Por qué?
Muy simple:
Pablo tenía una historia maravillosa para compartir. Él había sido llamado, perdonado y restaurado por el sacrificio que
Jesús había hecho por la humanidad pecadora. Habiendo sido confiado con esa
historia para compartir, el Apóstol se aseguró de expresar el Evangelio en una
forma que su audiencia pudiera comprenderlo.
Pablo tenía
bien en claro algo que todos nosotros debemos recordar: que mientras que el
mensaje del Salvador sigue siendo el mismo de siempre, la forma en que se
transmite puede ser cambiada.
Concede que
esto sea así, Señor, cuando compartimos al Salvador con quienes nos rodean.
ORACIÓN: Señor Jesús, enséñame a hablar de ti
con palabras que los demás comprendan en sus mentes, y atesoren en sus
corazones. En tu nombre. Amén.
CRISTO PARA TODAS LAS N. - (DEV. “ALIMENTO DIARIO”)