EL CRECIMIENTO DEBE SER ESPIRITUAL
“Metió su mano en la bolsa, sacó una piedra y,
arrojándola con la honda contra el filisteo, lo hirió en la frente.” 1 Samuel
17:49 (Leer: 1 Samuel 17:1-54)
Durante nuestra
vida encontramos diversos tipos de problemas, algunos nos afectan, otros no.
Por ejemplo, si tenemos una estatura normal, nunca vamos a saber qué tipo de
dificultades tienen las personas que son bien altas. Para esas personas es
difícil encontrar zapatos, ropas a su medida… es una ventaja solamente para
atletas que, si no fueran tan altos, no tendrían éxito en su carrera.
En el primer
libro de Samuel que señala la transición del período de jueces hacia reyes, se
encuentra el relato de un combate entre David, el hijo más joven de Jesé (Isaí),
y el gigante Goliat, quien representaba a los filisteos. El pueblo perdedor
sería transformado en esclavo de los vencedores. Ya todos conocen esta
historia: David vence y mata a Goliat. Día
tras día se presentan desafíos en nuestro camino y los adversarios a veces son
mayores o mejor preparados. Tenemos una ventaja que nuestros enemigos no
tienen en cuenta: tenemos la protección de Dios, pues si Dios está a favor
nuestro, ¿quién está contra nosotros? El pueblo de Dios debe mostrar que su
fuerza está en el Evangelio, porque ser más grande no siempre significa que
serás vencedor. El mandato de Cristo hacia Pedro es sencillo: “Cuida a mis
ovejas”. El Maestro nos dice que es el único camino para ganar la batalla.
ORACIÓN: Padre, ayúdanos a crecer
espiritualmente. Que mis fuerzas vengan de ti, Señor de los ejércitos. En el
nombre de Jesús. Amén.
MINISTERIO REFORMA - (DEVOCIONAL “CADA DÍA”)