“¡Ve! ... porque ese hombre es mi instrumento
escogido para dar a conocer mi nombre...” (Hechos 9:15 CST)
Saulo de Tarso
era la última persona de este mundo que esperarías se convirtiera al
cristianismo, y mucho menos que acabara siendo el autor de la mitad del Nuevo
Testamento. Al describir la vida que llevaba antes de conocer a Cristo, él hizo
esta declaración: “...Perseguí con violencia a la iglesia de Dios. Hice todo lo
posible por destruirla” (Gálatas 1:13 NTV).
Por ello,
cuando Dios pidió a Ananías que fuera a orar por Saulo, a este no le entusiasmó
la idea: “...”Señor, he oído hablar mucho de ese hombre y de todo el mal que ha
causado a Tus santos en Jerusalén. Y ahora lo tenemos aquí, autorizado por los
jefes de los sacerdotes, para llevarse presos a todos los que invocan Tu
nombre. “¡Ve!, insistió el Señor, porque ese hombre es Mi instrumento escogido
para dar a conocer Mi nombre tanto a las naciones y a sus reyes como al pueblo
de Israel” (Hechos 9:13-15 CST).
Ananías sabía
el daño que Pablo había hecho a la iglesia. No obstante, lo que iba a descubrir era que Dios ya estaba obrando en
el corazón de Saulo. En unos pocos años Dios usaría a este para alcanzar al
mundo, aunque primero usaría a Ananías para alcanzar a Pablo. ¿Te ha dado Dios
algún cometido similar? ¿Te ha puesto algún Saulo? Si es así, no lo des por
perdido. Cuando otros lo descarten, tú dale otra oportunidad. Ananías no sabía
que Pablo había tenido un encuentro con Cristo de camino a Damasco. Dios puede
llegar adonde tú no llegas y alcanzar a una persona a quien tú no puedes
acceder. Recuerda siempre que Dios nunca te enviará a lugares donde Él no haya
estado antes. Por eso, para cuando llegues y alcances a tu Saulo, ¡quién sabe
con qué te encontrarás!
BOB Y DEBBIE GASS - (DEVOCIONAL "LA PALABRA
PARA HOY")