“Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.” Mateo 27:45
La oscuridad sobre la tierra cuando Jesús llevó nuestro pecado fue un indicador de que la cruz fue un lugar del juicio divino.
El fenómeno bíblico de luz no está asociado con la muerte de Cristo. En lugar de ello, como el verso de hoy dice: “Desde el mediodía y hasta la media tarde toda la tierra quedó en oscuridad”.
La Escritura dice poco de la oscuridad. Informes históricos antiguos mencionan una oscuridad inusual en todo el mundo que parece coincidir con la fecha de la muerte de Cristo. Registros astronómicos indican que el sol y la luna estaban demasiado lejos ese día como para un eclipse solar normal. Por lo tanto, la oscuridad tuvo que ser causada por la intervención de Dios.
Pero quizá te preguntes “¿por qué intervino Dios de esa manera cuando Jesús murió?” De nuevo, fuentes fuera de las Escrituras, proveen una idea razonable. Por muchos años los rabinos judíos enseñaron que el oscurecimiento del sol significaba juicio de Dios por pecados especialmente atroces. Muchos pasajes en la Escritura hacen el enlace entre la oscuridad y el juicio de Dios. Jesús habló varias veces del juicio divino en términos de “tinieblas” donde “habrá llanto y rechinar de dientes” (Mat 8:12, 22:13, 25:30).
Al enviar oscuridad sobre toda la tierra por tres horas, Dios nos presenta una lección sobre Su actitud en el día que Jesús murió. La oscuridad fue la señal del juicio de Dios en contra de la humanidad por el pecado de rechazar y matar a Su Hijo Amado. También es una señal de la reacción de Dios hacia el pecado como un todo. La oscuridad es una representación gráfica de la cruz como el punto focal de la ira de Dios, un lugar de su inmenso juicio, donde el pecado estaba siendo derramado en Su Hijo Jesús, nuestro Salvador. Esta doble lección debería ser un recordatorio constante y fresco para nosotros de cuán seriamente Dios ve el pecado y lo importante que era que Jesús muriera por nosotros.
JOHN MACARTHUR - (DEV. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO")
El fenómeno bíblico de luz no está asociado con la muerte de Cristo. En lugar de ello, como el verso de hoy dice: “Desde el mediodía y hasta la media tarde toda la tierra quedó en oscuridad”.
La Escritura dice poco de la oscuridad. Informes históricos antiguos mencionan una oscuridad inusual en todo el mundo que parece coincidir con la fecha de la muerte de Cristo. Registros astronómicos indican que el sol y la luna estaban demasiado lejos ese día como para un eclipse solar normal. Por lo tanto, la oscuridad tuvo que ser causada por la intervención de Dios.
Pero quizá te preguntes “¿por qué intervino Dios de esa manera cuando Jesús murió?” De nuevo, fuentes fuera de las Escrituras, proveen una idea razonable. Por muchos años los rabinos judíos enseñaron que el oscurecimiento del sol significaba juicio de Dios por pecados especialmente atroces. Muchos pasajes en la Escritura hacen el enlace entre la oscuridad y el juicio de Dios. Jesús habló varias veces del juicio divino en términos de “tinieblas” donde “habrá llanto y rechinar de dientes” (Mat 8:12, 22:13, 25:30).
Al enviar oscuridad sobre toda la tierra por tres horas, Dios nos presenta una lección sobre Su actitud en el día que Jesús murió. La oscuridad fue la señal del juicio de Dios en contra de la humanidad por el pecado de rechazar y matar a Su Hijo Amado. También es una señal de la reacción de Dios hacia el pecado como un todo. La oscuridad es una representación gráfica de la cruz como el punto focal de la ira de Dios, un lugar de su inmenso juicio, donde el pecado estaba siendo derramado en Su Hijo Jesús, nuestro Salvador. Esta doble lección debería ser un recordatorio constante y fresco para nosotros de cuán seriamente Dios ve el pecado y lo importante que era que Jesús muriera por nosotros.
JOHN MACARTHUR - (DEV. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO")