El apóstol
Pablo era una persona valiente. ¿Cómo halló tal confianza y gozo en medio de la
dificultad, la incertidumbre y la oposición? ¿Y cómo podemos nosotros encontrar
lo mismo en el tiempo en el que estamos viviendo?
En primer
lugar, cuando estás sufriendo por el dolor de otros, ¡Dios te traerá gozo!
Muchas personas hoy están sufriendo debido a algo: un trabajo perdido, un
cónyuge confundido o derrotado, una enfermedad persistente; un ser querido que
lucha con la pobreza.
Leemos en
Filipenses 1:1: “Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo”. Pablo estaba
diciendo: “Yo soy un esclavo, totalmente entregado. Cristo es mi todo”. Y
luego, continúa y se dirige a un grupo más grande: “a todos los santos en
Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos”.
Me gusta esto
porque sólo diez años antes, él había
iniciado la iglesia en Filipos con sólo un carcelero, una mujer y una esclava.
Ahora la iglesia tenía ancianos, diáconos y obispos. ¡Tenía estructura, orden y
vitalidad!
Y luego dice en
el versículo 2: “Gracia y paz a vosotros, de Dios”. Aquí nos está marcando el
tono en medio de nuestras pruebas para hacernos confiar en la gracia y la paz
que proviene de una sola fuente, Dios, el Padre y el Señor Jesucristo.
“Doy gracias a
mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, siempre en todas mis oraciones
rogando con gozo por todos vosotros” (1:3-4).
Me gusta que
diga: “Me acuerdo de vosotros”. A veces solo recordamos a algunos, ¿verdad? A
veces no queremos orar por nuestros enemigos, aquellos que nos han herido o han
abusado de nosotros, gente difícil en la iglesia o en nuestra familia. Pero
Pablo dice: “Yo oro por todos ustedes y cada vez que oro, oro con gozo”.
DAVID WILKERSON
- (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)