“Vemos, pues, que no pudieron entrar a
causa de su incredulidad.” Hebreos 3:19
A pesar de que
el pueblo de Israel había visto la división de las aguas del Mar Rojo y lo
había atravesado caminando sobre tierra seca, en el momento en que tuvieron
sed, sus corazones se endurecieron contra Dios y no confiaron en que él tendría
cuidado de ellos. Murmuraron contra él y dijeron que la vida en Egipto era
mejor.
Este versículo
fue escrito a modo de prevención. Cuántas personas que profesan ser cristianos
dieron sus primeros pasos con Dios, escucharon que sus pecados podían recibir
perdón y que ellos podrían salvarse del infierno e ir al cielo, y entonces
dijeron: «No tengo nada que perder, así que creeré».
Pero en el
transcurso de una semana, un mes, un año o diez años, la prueba llega: una
temporada de sequía en medio del desierto. Un hastío por el maná y un deseo
sutil pero creciente de volver a los placeres efímeros de Egipto. Como dice
Números 11:5-6: «Nos acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto, de
los pepinos, de los melones, los puerros, las cebollas y los ajos; pero ahora
no tenemos apetito. Nada hay para nuestros ojos excepto este maná».
Es espantoso encontrarse en esta condición,
descubrir que uno ya no está interesado en Cristo, su Palabra, la oración, la
adoración, las misiones, el vivir para la gloria de Dios, y que, al contrario, todos
los placeres temporales de este mundo resultan más atractivos que las cosas del
Espíritu.
Si usted está
en esta situación, le ruego que escuche al Espíritu Santo, que habla en este
pasaje. Preste atención a lo que la Palabra de Dios dice. No endurezca su
corazón. Despierte del engaño del pecado. Considere a Jesús, el apóstol y sumo
sacerdote de nuestra gran confesión, y aférrese a su confianza y esperanza en
él.
Si usted nunca
dio ni siquiera los primeros pasos con Dios, entonces ponga su esperanza en él.
Vuélvase del pecado y de la confianza en sí mismo, y ponga su confianza en un
gran Salvador. Estas cosas fueron escritas para que las creamos, perduremos y
tengamos vida.
JOHN PIPER - (Dev. tomado del sermón “NO ENDUREZCAN SUS CORAZONES EN EL DÍA DE LA PRUEBA”)
JOHN PIPER - (Dev. tomado del sermón “NO ENDUREZCAN SUS CORAZONES EN EL DÍA DE LA PRUEBA”)