“Es necesario orar siempre” Lucas 18:1
Si los hombres
deben orar siempre y no desmayar, mucho más deben hacerlo los hombres
cristianos. Jesús envió a su Iglesia al mundo con el mismo mensaje que él trajo
del cielo, y esa misión incluye la intercesión. ¿Qué os parece si dijera que la
Iglesia es el sacerdote del mundo? La creación es muda, pero la Iglesia debe
hallar una boca para ella. Orar con aceptación es el alto privilegio de la Iglesia.
Las puertas de la gracia están siempre abiertas a sus peticiones, las que nunca
vuelven con las manos vacías. El velo se rompió por ella (por la Iglesia); la
sangre fue esparcida por ella y Dios constantemente la invita a ella para que
le pida lo que desee. ¿Rehusará la Iglesia el privilegio que los ángeles
pudieran envidiarle? ¿No es ella la esposa de Cristo? ¿No tiene derecho a
entrar en la presencia de su Rey a cada instante? ¿Dejará esos privilegios sin
usar? La Iglesia siempre tiene necesidad de orar. Siempre hay alguno en su
medio que está declinando o cayendo en pecados manifiestos.
Hay corderos por los cuales hay que orar para que
sean llevados en el seno de Cristo. Hay que orar por los fuertes para
que no se hagan presuntuosos, y también por los débiles para que no se
desanimen. Si celebráramos todos los días del año una reunión de oración que
durara las veinticuatro horas del día, en ningún momento quedaríamos sin algún
asunto por el cual orar. ¿No estamos siempre rodeados de enfermos y pobres, de
afligidos y de vacilantes? ¿No estamos rodeados de los que ansían la conversión
de sus familiares, la restauración de los que han vuelto al mundo y la
salvación de los depravados? También debemos orar por las reuniones que se
celebran constantemente, por los pastores que están siempre predicando y por
los millones de pecadores que están muertos en sus delitos y pecados. ¿Cómo se
excusará la Iglesia de haber olvidado la comisión que le confió su amante
Señor, en un país sobre el cual están descendiendo las tinieblas del romanismo
y en un mundo lleno de ídolos, de crueldad y de diabluras? Que la Iglesia sea
constante en la súplica; que cada creyente eche en la tesorería su blanca
oración.
CHARLES SPURGEON - (DEV. “LECTURAS VESPERTINAS”)