lunes, 20 de noviembre de 2017

La centralidad de la resurrección 20 noviembre





“Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue cruci-ficado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.” Mateo 28:5-6 


El hecho de la resurrección de Jesús es la culminación de la historia redentora y la base esencial de la fe cristiana. Sin la Resurrección, nuestra fe cristiana sería sólo una ilusión, igual que las filosofías humanas y las religiones especulativas. De hecho, el destacado filósofo John Locke del siglo XVII, de quien sacaron algunas ideas para incorporar en la Declaración de Independencia, escribió: “la resurrección de nuestro Salvador es verdaderamente de gran importancia en el cristianismo, tan grande, que su ser o no ser el Mesías se sostiene o cae con ello”

Desde tiempos antiguos las historias Bíblicas contienen el mensaje de la esperanza de la resurrección. La muerte nunca ha sido el fin para el creyente, sino simplemente una puerta de entrada a la vida eterna en el Cielo. Abraham estaba dispuesto a sacrificar a su único hijo Isaac porque sabía que “Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos” (Heb 11:19). El Señor le aseguró a Daniel que los creyentes “serán despertados,…para vida eterna…” (Dan 12:2).

La resurrección fue el punto focal de la enseñanza de Cristo a los discípulos en cuanto a Sus sufrimientos y muerte: “Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días” (Mar 8:31). Por lo tanto es perfectamente comprensible que Mateo y los escritores de los otros 3 evangelios todos incluyeran un relato histórico de la resurrección de Jesús en sus narrativas.

Pablo sabía que sin la resurrección nuestra salvación no hubiera sido posible. También estuvo convencido de que la verdad de la resurrección debe ser creída o si no, no se puede recibir la salvación: “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo” (Rom 10:9). No es extraño que Pablo, los otros apóstoles y cada líder en la iglesia primitiva continuamente proclamaran la resurrección de Cristo como la culminación de Su ministerio. Esos hombres estuvieron tan cautivados por el significado de la resurrección que no podían hacer más que predicarla. Y también debe ser nuestra actitud hoy en día.



JOHN MACARTHUR - (DEV. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO")









TRADUCCIÓN