“Bienaventurados los que padecen persecución por
causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.” Mateo 5:10
Escuché de un
hombre que estaba temeroso porque iba a comenzar un nuevo trabajo con un grupo
de incrédulos y pensaba que le podían hacerle pasar malos ratos si se enteraban
que era cristiano. Después de su primer día de trabajo, su esposa le preguntó
cómo le había ido, “muy bien” dijo, “nunca se dieron cuenta de que soy
cristiano”.
El silencio es
una forma de evitar la persecución. Otras formas son aprobar las normas del
mundo, reírse de sus chistes, disfrutar su entretenimiento y sonreír cuando se
burlan de Dios. Si nunca confrontas el pecado o le hablas a la gente que Jesús
es el único camino al cielo, o si tu comportamiento es tan mundano que nadie
puede distinguirte de los incrédulos, probablemente seas aceptado y no sientas
el calor de la persecución, pero ¡ten cuidado!
Jesús dijo:
“¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! …Porque el
que se avergonzare de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del
Hombre cuando venga en su gloria” (Luc 6:26, 9:26). Lo último que nadie debe desear es que Cristo pronuncie una maldición
sobre ellos o que se avergüence de ellos. ¡Ese es un enorme precio que
pagar por la popularidad!
Si te pones
firme por Cristo y manifiestas actitudes de bienaven-turanza, estarás en directa
oposición a Satanás y al sistema mundial del mal y eventualmente experimentarás
alguna forma de persecución. Eso ha sido así desde el principio de la historia
humana, cuando Abel fue asesinado por su hermano Caín porque Caín no pudo
tolerar su justicia.
No debes nunca
temer a la persecución. Dios te dará la gracia y nunca te probará más allá de
lo que puedas soportar (1ª Cor 10:13). Tampoco debes comprometer la verdad
bíblica para evitar la persecución. En Filipenses 1:29 Pablo dice que la
persecución es un don tan grande de Dios como la salvación misma. ¡Ambos te
identifican como creyente!
JOHN MACARTHUR - (DEV. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)