viernes, 24 de febrero de 2017

Comparaciones juveniles 24 febrero





“Sean  ustedes  imitadores  de  mí;  así  como  yo  lo  soy  de Cristo.”  1ª Corintios 11:1  (Leer: 2ª Corintios 10:12-18)


Cuando cursaba la primaria solía mirar con admiración a los jugadores de futbol de años superiores. Para los niños como yo, estos jóvenes eran como héroes, modelos a seguir, eran rápidos, habilidosos, fuertes y sobretodo les seguían muchas chicas.  Ahora por supuesto, entiendo que todo depende del equipo en el que juegues, estos muchachos comparados con los jugadores universitarios o con los de equipos profesionales, eran tan sólo novatos inmaduros.

La mayoría de cosas en la vida son así, ya que podemos creernos saludables, musculosos, atractivos o exitosos; más sin embargo todo es relativo. Todo dependerá, de con quién nos estemos comparando.

Cómo creyentes debemos preguntarnos ¿con quién nos estamos comparando? En 2ª Corintios 10, en defensa de su ministerio, el apóstol Pablo nos sugiere que cometemos un error, si empezamos a tener un concepto demasiado elevado de nosotros mismos, cuando nos comparamos con los demás (2ª Cor.10:12).  Es prioritario comprender, que en realidad nuestro valor y significado no depende de nosotros, depende de cuán útiles somos en el servicio para el Señor.  No está bien alabarse a sí mismo, tal como se recomienda en 2ª Cor. 10:18.


1. El apóstol Pablo estaba satisfecho y contento con su servicio al Señor, y no perdía el tiempo comparándose con otros, él quería ser un imitador de Cristo.


2. Si quieres compararte con alguien, compárate con Cristo y empieza a servirle.




MD/HG -  (DEV. PROVERBIOS: “SABIDURÍA DIVINA PARA LA VIDA DIARIA”)










TRADUCCIÓN