sábado, 25 de febrero de 2017

Sube al monte de oración 25 febrero





“Después que los despidió, se fue al monte a orar”  Marcos 6:46


Antes de caminar por el Mar de Galilea Jesús subió a un monte para estar a solas con Su Padre en oración. Dejó abajo las demandas de las multitudes al atardecer, oró hasta la aurora, luego descendió del monte en el poder del Espíritu Santo y aplacó una terrible tempestad. (¿No te encantaría saber lo que Jesús oró aquella noche?). La oración es una montaña; tienes que escalarla. “Pedro y Juan subían juntos … a la hora … de la oración” (Hechos 3:1). Si esperas a tener ganas de orar no lo harás con persistencia, porque es una disciplina. Y cuanto más oras más quieres orar y más gratificante te resulta. Pero primero tienes que darle la espalda a la “multitud”. Debido a que Jesús sabía cómo alejarse de las demandas y de las distracciones de la vida, fue capaz de aplacar la tempestad que amenazó a sus discípulos.
       
Así pues, antes de que estés inmerso en el ajetreo de la vida diaria, sube al monte de oración. Es un lugar de estabilidad en un mundo incierto; un lugar donde no hay nada que obstruya la vista y donde el ritmo frenético de la vida queda atrás. Allí ganas perspectiva. Allí Cristo te recuerda que no hay nada que vayas a enfrentar en el día que Él no lo haya enfrentado ya y que te dará la gracia para hacerlo. Es fácil reconocer a las personas que han estado en el monte de oración. Sus luchas no son diferentes de las tuyas —algunas incluso más duras—, pero tienen una paz interior que trasciende los problemas familiares, los trastornos de salud, la escasez económica, etc. Puedes sobrevivir los tiempos difíciles con gracia cuando sabes que la cima se encuentra a la distancia de una oración.




BOB Y DEBBIE GASS - (DEVOCIONAL "LA PALABRA PARA HOY")










TRADUCCIÓN