Moisés estaba
convencido que sin la presencia de Dios en su vida, era inútil intentar
cualquier cosa. Cuando habló cara a cara con el Señor, le dijo valientemente: “Si tu presencia
no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí” (Éxodo 33:15). Él estaba
diciendo: “Señor, si no vas con nosotros, no lo lograremos. ¡No daremos un solo
paso hasta que estemos seguros de tu presencia!”
Moisés sabía
que lo que los distinguía de otras naciones era la presencia de Dios en medio
de ellos, y lo mismo es cierto para la iglesia de Dios hoy en día. La presencia
de Dios “con nosotros” nos dirige, nos guía y obra su voluntad en y a través de
nosotros. Su presencia también echa fuera el temor y la confusión.
La actitud de
Moisés era: “Nosotros operamos con un solo principio: La única forma en que
podemos ser guiados o gobernados, hacer batalla y sobrevivir en estos tiempos,
es teniendo la presencia de Dios con nosotros. Cuando su presencia está en nuestro medio, nadie nos puede destruir.
Pero sin él, quedamos indefensos, reducidos a nada. Que todas las naciones
de este mundo confíen en sus ejércitos poderosos, en sus carros de hierro y sus
soldados adiestrados. Nosotros confiaremos en la presencia manifiesta de
nuestro Dios”.
Dios respondió
la audaz declaración de Moisés así: “Mi presencia irá contigo, y te daré
descanso” (Éxodo 33:14). La palabra hebrea para “descanso” aquí significa “un
descanso tranquilo y confortable.” Dios estaba diciendo: “¡No importa las
batallas o pruebas que enfrentes, siempre podrás encontrar un descanso
tranquilo y confiado en mí!”
DAVID WILKERSON - (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)