“Aquella luz verdadera, que alumbra a todo
hombre, venía a este mundo” Juan
1:9 (Leer: Juan 1:1-14)
«Mi perspectiva de la Tierra cambió drásticamente la
primera vez que fui al espacio», dice el astronauta Charles F. Bolden Jr. Para
él, todo parecía tranquilo y hermoso visto a 640 kilómetros de
distancia. Sin embargo, agregó que, cuando pasó sobre Oriente Medio, «la
realidad lo sacudió» al considerar el conflicto actual en esa región. En una
entrevista con un productor cinematográfico, declaró que, en ese momento,
cuando vio la Tierra como esta debería ser, se sintió desafiado a hacer todo lo
posible para mejorarla.
Cuando Jesús nació en Belén, el mundo no estaba como Dios
pretendía. Jesús vino a traer vida y luz
a todos en medio de esta oscuridad moral y espiritual (Juan 1:4). Aunque el
mundo no lo reconoció, «a todos los que le recibieron, a los que creen en su
nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios» (v. 12).
Nos entristece profundamente cuando la vida no es como
debería serlo; cuando las familias se destruyen, los niños padecen hambre y el
mundo está en guerra. Pero Dios promete que, mediante la fe en Cristo, toda
persona puede comenzar a andar un camino nuevo.
La época navideña nos recuerda que Jesús, el Salvador,
regala vida y luz a todos los que lo reciben y lo siguen.
Señor, ayúdame a testificar hoy de la luz y la vida que
Jesús ofrece.
No somos lo que Dios quiere que seamos, pero Él está
obrando para que lleguemos a serlo.
(La Biblia en
un año: 2ª Pedro 3:1-18)
DAVID C.
MCCASLAND - (DEVOCIONAL
“NUESTRO PAN DIARIO")