“pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas
fuerzas; levan-tarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán;
camina-rán, y no se fatigarán.” Isaías
40:31
Confiar en el
poder de Dios nos da confianza para vivir como cristianos.
¿Cuál debería
ser nuestra respuesta ante el poder de Dios? Primero, debemos adorarle. Nuestra
respuesta debe seguir lo que Dios le dijo a Israel: “Mas a Jehová, que os sacó
de tierra de Egipto con grande poder y brazo extendido, a éste temeréis, y a
éste adoraréis, y a éste haréis sacrificio” (2 Rey 17:36).
Entendiendo el
poder de Dios también nos debe dar confianza “todo lo puedo en Cristo que me
fortalece” (Filip 4:13). Debido a Su fuerza nosotros podemos vivir la vida
cristiana cada día con confianza. Dios “es poderoso para hacer todas las cosas
mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que
actúa en nosotros” (Efe 3:20).
Nuestra
esperanza eterna se basa en el poder de Dios. Su poder nos salvó y nos
resucitará en el día postrero (Juan 6:40) Ese día debe ser la gran esperanza
del cristiano porque cualquier problema que tengamos en la tierra, nuestro
destino eterno sigue seguro.
Cuando soy
tentado a preocuparme. Me consuela
recordar que el poder de Dios es más grande que el problema que tengo. El
salmista dijo: “Alzaré mis ojos a los montes;
¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra” (Sal
121:1-2). El Dios que hizo todo seguramente puede con nuestros problemas.
El poder de
Dios también nos da la victoria espiritual. Pablo nos enseña a “fortalecernos
en el Señor y en el poder de Su fuerza” (Efe 6:10). Cuando el enemigo viene y
tú estás en guardia, tú no peleas contra él, tú vas y le avisas al comandante y
Él guía la batalla. Dios nos dará la victoria porque “mayor es el que está en
nosotros que el que está en el mundo” (1ª Juan 4:4). Satanás puede ser
poderoso, pero no se compara a Dios.
Finalmente,
comprender el poder de Dios nos da humildad. Pedro nos exhorta a “humillarnos a
nosotros mismos, bajo la poderosa mano de Dios, para que él nos exalte cuando
fuere tiempo” (1ª Ped 5:6). Separados
del poder de gracia de Dios no somos nada y no podemos hacer nada (Juan 15:5).
JOHN MACARTHUR - (DEV. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)