“...me
buscan para quitarme la vida.” (1 Reyes
19:10)
Otro error que
desencadenó la depresión de Elías: exageró lo negativo. Es esa forma de pensar
que dice ‘Todos están en contra de mí’. Pero en realidad casi nadie estaba en
contra de él. Solo una persona se le oponía y su amenaza era ficticia. La reina
Jezabel no osaba matar a Elías. Piénsalo bien: si hubiera querido asesinarlo no
habría enviado un mensajero para avisarle, ¡le habría mandado un asesino a sueldo!
Jezabel temía la influencia de Elías. Si este acabara como mártir eso no haría
más que incrementar su influencia y acabaría provocando una revolución. Además,
habiendo sido testigo de lo que Dios había hecho con los profetas de Baal,
seguro que la reina tenía miedo de lo que Dios haría con ella si se le
ocurriera tocar a Su profeta. Sus palabras, entonces, eran amenazas vanas. Pero
en lugar de evaluar la situación con realismo, Elías huyó.
Cuando nos deprimimos tendemos a exagerar lo negativo.
En realidad, Elías no era la única persona fiel a Dios. Quedaban
otros siete mil profetas que no habían sucumbido al culto pagano (véase 1 Reyes
19:18). Sin embargo, Elías exageró el problema y acabó totalmente abatido. Si
estás deprimido en este día, pon tu confianza en Dios. Levántate y di ‘Esto
también pasará. Lo que no me destruye me hace más fuerte’. Y aférrate a esta
promesa con confianza: “Qué grande es la bondad que has reservado para los que
te temen. La derramas en abundancia sobre los que acuden a ti en busca de
protección, y los bendices ante la mirada del mundo” (Salmos 31:9 NTV). Hecha tu
parte, retírate y deja que Dios haga la suya.
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")