A través de los
años, nosotros los que conocemos al Señor íntimamente, hemos experimentado
muchos milagros. Hemos sido bendecidos al ser librados de grandes pruebas y
tentaciones.
Década tras
década hemos comprobado que Dios es fiel mientras estamos en situaciones
extremas. Lo hemos conocido como la fuente de nuestra fuerza, hemos sido
tocados muchas veces por las manos sanadoras de Cristo, y hemos conocido el
consuelo y la guía del Espíritu de Dios constantemente. Tenemos gran
conocimiento de las muchas preciosas promesas del Señor porque lo hemos visto
cumplirlas fielmente a nosotros a través de los años.
LA JUVENTUD
QUE FALTA ALCANZAR.
Pero, el hecho
es que, nuestras prédicas y experiencias no han tocado a la generación joven
que viene tras nosotros. Estos jóvenes
no se han enamorado de la belleza de la Palabra de Dios porque no la han
escuchado predicada en pureza. En lugar de ello, han sido atraídos a la
iglesia mayormente con el señuelo de actividades y entretenimientos centrados
en la carne. Una vez adentro, el único evangelio que escuchan es uno fácil y
sin compromisos; y ese mensaje fácil les ha fallado totalmente.
Sé que hay
algunas iglesias que están alcanzando gente joven en números significativos;
pero en líneas generales la generación que nos sigue no ha conocido, visto ni
experimentado el poder milagroso de Dios. Dime, ¿A quién pueden acudir? Para
mí, la situación apremiante de hoy día fue capturada recientemente en el titular
de un periódico: “EL MUNDO HA PERDIDO TODA CONFIANZA.”
DIOS ESCUCHA
NUESTRO CLAMOR.
El profeta
Isaías habló del día en el que el mundo estaría comiendo “pan de congoja y agua de angustia” (Isaías
30:20). Isaías predijo que de esta adversidad y aflicción, se
levantaría un clamor; y cuando Dios escucha ese clamor: “el que tiene
misericordia se apiadará de ti; al oír la voz de tu clamor te responderá”
(30:19).
DAVID WILKERSON - (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)