“… Él saca y
cuenta su ejército de estrellas; a todas las llama por su nombre…” Isaías 40:26 RVC (Leer: Isaías 40:21-31)
Preocupado por asuntos del trabajo y del hogar, Mateo
decidió salir a caminar. La brisa primaveral era encantadora, mientras el
inmenso cielo azul se oscurecía y una espesa niebla descendía lentamente sobre
el pantano. Las estrellas comenzaban a brillar, anunciando la salida de la luna
llena. La ocasión le resultó sumamente espiritual, y pensó: Dios está allí; Él
lo hizo.
Algunos miran el cielo nocturno y solo ven la naturaleza.
Otros, un dios tan distante y frío como Júpiter. Pero el mismo Dios que «tiene
su trono sobre el arco de la tierra», también «saca y cuenta su ejército de
estrellas; a todas las llama por su nombre» (Isaías 40:22, 26). Conoce íntimamente su creación.
Este mismo Dios personal le preguntó a su pueblo: «¿por
qué dices que tu camino está oculto para el Señor […], alegas que Dios pasa por
alto tu derecho?». Dolido, les recordó cuán sabio es buscarlo: «¿Acaso no
sabes, ni nunca oíste decir […]? El Señor […] da fuerzas al cansado, y aumenta
el vigor del que desfallece» (vv. 27-29).
Tendemos a olvidar fácilmente a Dios. Nuestros problemas
no desaparecerán con una caminata, pero sí podemos descansar y estar seguros de
que el Señor obra siempre para cumplir sus buenos propósitos. Dice: «Aquí
estoy; yo te hice».
Señor, ayúdame a confiar en ti para lo que no conozco.
Debemos dar a Dios el mismo lugar en nuestro corazón que
tiene en el universo.
(La Biblia en
un año: Santiago 1:1-27)
TIM GUSTAFSON -
(DEVOCIONAL “NUESTRO PAN DIARIO")