sábado, 26 de noviembre de 2016

Buscando actitudes justas 26 noviembre





“Yo  … os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz”  Efesios 4:1-3


A Dios le preocupa más quienes somos, porque quienes somos determina lo que hacemos.

Los versículos de hoy revelan una verdad básica: la vida cristiana no se trata de lo que hacemos sino de quienes somos. Cuando Pablo enseña acerca del andar digno, de cómo vivimos cada día, él nunca discute acciones, sólo actitudes. Es posible tener lo que yo llamo “fruto de acción” como la alabanza (Heb 13:15), dar (Filip 4:17), evangelismo (Rom 1:13) y otras buenas obras (Col 1:10) sin tener un “fruto de actitud” que es el fruto del Espíritu: “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, autocontrol” (Gál 5:22-23). Mucha gente puede tener buenas obras sin tener justicia interior. Pero eso es legalismo, es hipocresía de lo cual habla tanto la Biblia. El camino correcto a la verdadera espiritualidad es tener las actitudes correctas primero. El Espíritu Santo obra a través de nuestras actitudes para producir acciones correctas.

Desafortunadamente, muchos cristianos pierden este punto. Para ellos el ser cristianos es principalmente una lista de lo que hay que hacer: ir a la iglesia, poner dinero en la ofrenda, cargar una Biblia… y una lista de lo que no hay que hacer: no maldecir, no beber, no asesinar. Ellos ven el comportamiento externo como el hecho del cristianismo en lugar de la manifestación de él. Ellos no cultivan gracias internas.

Por supuesto, Dios quiere que vivamos vidas justas. Pero para aquellos con sólo acciones externas, Jesús dijo: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia. ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio” (Mat 23:25-26).

No te conviertas en un esclavo de la religión externa. Asegúrate de que haces tus buenas obras por amor a Dios y a otros, como parte de un desbordamiento de fruto espiritual en tu vida.



JOHN MACARTHUR - (DEV. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)









TRADUCCIÓN