Sabemos que a
través de los siglos los que han confiado en Jesús han sufrido mucho. Desde el
tiempo de la cruz, éstos han sido martirizados, algunos malévolamente. Algunos
creyentes del Nuevo Testamento perdieron sus casas y sus tierras y vivieron en
cuevas.
Amado, ningún verdadero predicador de la Palabra de
Dios jamás prometerá que no sufrirás, que no perderás propiedades, que tu
estilo de vida estará protegido. Pero hay una "gran nube de testigos"
en el cielo que diría a todos los que amamos a Jesús:
“Es verdad que
en Cristo estábamos seguros: Eternamente seguros. Su gracia era suficiente para
cada crisis. Sí, hubo temporadas de dolor, sufrimiento y tiempos difíciles.
Pero ninguna prueba puede sacarte de Cristo, el Arca de la seguridad”.
Quiero que te
aferres a esta maravillosa promesa de 1ª Pedro 1:3-9:
“Según su grande misericordia [Él] nos
hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los
muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible,
reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios
mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser
manifestada en el tiempo postrero”.
En lo cual vosotros os alegráis, aunque
ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en
diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más
preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada
en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis
sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con
gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación
de vuestras almas”.
DAVID WILKERSON - (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)
DAVID WILKERSON - (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)