miércoles, 24 de agosto de 2016

Prosperando la obra de sus manos 24 agosto





¡Que mi hijo no sufra lo que yo sufrí! ¡Que nunca le falte nada de lo que me faltó a mí! ¡Por eso le doy juguetes y todo lo que me pide para que no desee cosas materiales!"

¿Han escuchado eso? Es muy común y hasta cierto punto aceptable pues ¿cuántos de nosotros deseamos que nuestros hijos tengan siempre lo mejor? Yo creo que todos, pues ellos muchas veces son nuestro motor, nuestra motivación para salir adelante y es bueno, pues les damos ejemplo de perseverancia.

¿Pero sería que con ello pudiéramos dañarlos? El darles todo no es tan recomendable porque puedes acostumbrarlos a tener siempre lo que quieren sin necesidad de esforzarse por conseguirlo, y por ende estaríamos criando niños y adolescentes consentidos.

"La vara y la corrección dan sabiduría; mas el muchacho consentido avergonzará a su madre" Proverbios 29:15

¿Les ha pasado? ¿Son los berrinches de nuestros hijos o los que le hacemos nosotros a Dios? Nuestra desesperación por tener las cosas no mueven la mano de Dios, nuestras lágrimas tampoco y nuestro berrinche o enojo por obtener las bendiciones que nos ha prometido tampoco mueven su mano. Lo que sí mueve la mano de Dios es tu fe, tu oración y el dar pasos de fe. "Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino que creyere que será hecho lo que dice, lo que diga, le será hecho." Marcos 11:22-23

Antes de darles a nuestros hijos todo lo que esté al alcance (y a veces fuera de) deberíamos enseñarles a ganarse las cosas, a trabajar para conseguirlas ¿Y por qué no? hasta negarle algo de eso que quiere para sembrar en ellos el deseo de tenerlas, pero a su vez darle las herramientas para conseguirlas.

Así que hoy oremos para bendecir toda obra de sus manos, mientras que nosotros les enseñamos a trabajar, a anhelar y desear ser mejores (sin importar la edad que tengan). Oremos para que nuestro Señor les bendiga y prospere todo cuanto ellos hagan y con eso den gloria y honra a Dios al desarrollar sus talentos.

Toma las manos de tus hijos y bendícelas, que ellos escuchen como oras.

Recordemos: Dios bendice la obra de nuestras manos y podemos bendecir a nuestros hijos.

“El Señor abrirá los cielos, su generoso tesoro, para derramar a su debido tiempo la lluvia sobre la tierra, y para bendecir todo el trabajo de tus manos. Tú les prestarás a muchas naciones, pero no tomarás prestado de nadie. El Señor te pondrá a la cabeza, nunca en la cola. Siempre estarás en la cima, nunca en el fondo, con tal de que prestes atención a los mandamientos del Señor tu Dios que hoy te mando, y los obedezcas con cuidado. Jamás te apartes de ninguna de las palabras que hoy te ordeno, para seguir y servir a otros dioses”. Deuteronomio 28:12-14

¡Que Dios les bendiga familia!


MÓNICA ALDUCIN - (DEV. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)







TRADUCCIÓN