¿Cuál fue la
primera cosa que Jesús hizo cuando le llevaron al hombre? “[Lo tomó] aparte de la multitud” (Marcos 7:33). Cristo supo
inmediatamente lo que este hombre sordo quería. Él anhelaba su propio toque, su
propia experiencia, no podía conformarse con algo que “ellos” habían
encontrado. Tenía que ser real para él, quería que Jesús abriera sus oídos y
libertara su lengua, y tenía que suceder entre Jesús y él.
Si has servido
a Dios a través de los años, déjame preguntarte: ¿Puedes recordar aquel momento
en el pasado cuando tuviste un encuentro sobrenatural con Jesús? Él te tocó y
tú lo supiste. No obtuviste la experiencia de otra persona, no te fue infundida
debido a que escuchaste a alguien predicarlo, sino que experimentaste a Cristo
por ti mismo. Por eso estás confiado en lo que tienes con Él.
Jesús sabía que
el hombre sordo necesitaba este tipo de encuentro, así que le habló a este
hombre en su propio idioma: lenguaje de señas. “[El] metió los dedos en las
orejas de él, y escupiendo, tocó su lengua;” (7:33).
¿Puedes
imaginarte lo que pasó por la mente del hombre sordo? Debió pensar, “Él no me
está cuestionando o acusando. Él sabe exactamente lo que he pasado, sabe que no
lo he rechazado, sabe que quiero oír su voz y hablarle directamente. Él sabe
que mi corazón quiere alabarle. Pero no
puedo hacer ninguna de estas cosas a menos que reciba Su toque milagroso.
Él debe saber que quiero esto.”
Nuestro
Salvador muestra esa misma clase de compasión hacia nuestros seres queridos que
no son salvos. Él no hará un espectáculo de nadie. Piensa cuán paciente y
comprensivo fue con Saulo de Tarso. Este hombre muy reconocido estaba destinado
a tener un encuentro milagroso con Jesús. Cristo podría haber ido a él en
cualquier momento, podría haber derribado a Saulo mientras Esteban era
apedreado, en frente de las multitudes, podría haber hecho un ejemplo de la
conversión de Saulo, y sin embargo, no lo hizo. (Hechos 9:1-19)
DAVID WILKERSON - (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)