jueves, 30 de julio de 2015

A la diestra de Dios 30 julio




El libro de los Hechos describe a Esteban como un hombre "lleno de paz, gozo, sabiduría, gracia y poder del Espíritu Santo" (ver Hechos 6:5-8). Un día, cuando Esteban estaba compartiendo su fe en Cristo a un grupo de personas en una plaza pública, la tragedia golpeó. Unos fanáticos religiosos, en un movimiento cobarde, tomaron piedras para literalmente apedrear a Esteban hasta la muerte.

Esteban fue apedreado por haber "construido un altar" delante de Dios, por haber servido a las viudas que sufren, y por compartir públicamente su fe en Cristo. Aquí la Biblia nos permite dar una mirada breve e intensa a la eternidad. Mientras este grupo de fanáticos religiosos corrían locamente hacia él, con piedras en las manos, Esteban pronuncian estas palabras de paz y perdón mientras se arrodillaba ante sus asesinos, pero aún más importante que eso, delante de su Dios: “Señor Jesús, recibe mi espíritu y no les tomes en cuenta este pecado. Perdónalos, oh Dios" (Ver Hechos 7:59-60).

¿De dónde vienen esta paz y esta magnífica gracia? Era como si las piedras que desgarraban el cuerpo de Esteban en realidad sólo lograban golpear el envoltorio de su cuerpo, mientras su espíritu ya había sido transportado a otro Reino. Esteban vio algo glorioso.

El velo se abrió por un instante, permitiéndonos mirar. “Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios” (Hechos 7:55). Este es el único lugar donde vemos a Cristo estando en el cielo, pero hay muchas otras referencias al Cristo resucitado, sentado a la diestra de Dios Padre (Efesios 1:20).

Algunos podrían decir, "¿Y entonces qué?" Es, sin embargo, muy significativo. La posición sentada representa la plenitud de la autoridad y la victoria definitiva de Cristo sobre el pecado, la muerte y todos Sus enemigos. La victoria es eterna, el sacrificio es perfecto y la resurrección es absoluta, total y completa. Anuncia el triunfo final de Cristo contra todos los enemigos de la humanidad. ¡Él está sentado porque todos nuestros enemigos están debajo de sus pies!


CLAUDE HOUDE - (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)







TRADUCCIÓN