“No que seamos suficientes en nosotros mismos para pensar
que cosa alguna procede de nosotros, sino que nuestra suficiencia es de Dios,
el cual también nos hizo suficientes como ministros (servidores) de un nuevo
pacto, no de la letra, sino del Espíritu. Porque la letra mata, pero el
Espíritu da vida.” 2 Corintios 3:5-6
El caminar en el
Espíritu no es legalismo, el extremo opuesto de la libertad. Pablo dijo:
"si eres guiado por el Espíritu, no estás bajo la ley" (Gal 5:18).
Tratar estrictamente de obedecer las reglas y reglamentos cristianos no permite
el caminar lleno del Espíritu, generalmente lo mata (2 Cor 3:6).
Se nos dice en Gálatas
3:13 que la ley en realidad es una maldición y en Gálatas 3:21 que es
impotente, incapaz de dar vida.
Estableciendo la ley -diciéndole
a alguien que es malo hacer esto o aquello- no les da la capacidad de dejar de
hacerlo. Los cristianos han sido conocidos por tratar de legislar
espiritualmente con "nos": los cristianos no beben, no fuman, no
bailan, no van al cine, no juegan a las cartas, no se maquillan, etc.
Pero el legalismo no
puede frenar la inmoralidad. De hecho, establecer la ley sólo sirve para
aumentar la tentación. Pablo dijo que la ley en realidad estimula el deseo de
hacer lo que prohíbe (Rom 7:5) Cuando le dices a tu hijo que no cruce cierta
línea, ¿a dónde quiere ir inmediatamente? La fruta prohibida generalmente
parece ser la más deseable.
Tampoco un corazón lleno del Espíritu se produce al exigir
que alguien se conforme a un código religioso de conducta. Generalmente
equiparamos las disciplinas cristianas como el estudio de la Biblia, oración,
asistencia regular a la iglesia y testificar con la madurez espiritual. Todas
estas actividades son buenas y útiles para el crecimiento espiritual. Pero sólo
el llevar a cabo estas disciplinas cristianas admirables no nos garantizan un
caminar llenos del Espíritu.
¿Significa esto que el
establecer reglas está mal? Claro que no. La ley de Dios es un estándar
necesario de protección moral y una guía. Pero el medio por el cual vivimos una
vida de libertad no es la ley sino la gracia. Dentro de los límites de la ley
de Dios, somos libres para fomentar una relación de espíritu a Espíritu con Dios,
que es la esencia de caminar en el Espíritu.
ORACIÓN. Señor, ayúdame a animar a otros creyentes a la
libertad en caminar contigo y no imponerles un código religioso de
comportamiento, en el nombre de Jesús, amén.
NEIL ANDERSON -
(Dev. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)


