“Y oré al Señor mi Dios e hice confesión” Daniel 9:4
Confesar tus pecados
significa que estás de acuerdo con Dios en que has ofendido su carácter santo,
que eres digno de castigo y tienes la necesidad del perdón. Eso es exactamente
lo que vemos que Daniel hace en los versos 5 al 16. El verso 20 resume su oración
"estaba yo hablando, orando y confesando mi pecado y el pecado de mi
pueblo Israel, y presentando mi súplica delante del Señor mi Dios".
A diferencia de los que
sufren el castigo de Dios, Daniel no le echó la culpa por la calamidad de
Israel. En lugar de eso admitió que su pueblo había desobedecido
voluntariamente la Palabra de Dios y había ignorado a Sus profetas y por esto
habían traído juicio sobre de ellos. Una vez
fueron una nación bendecida por Dios, ahora eran extranjeros y cautivos
en una tierra extraña. Dios había cumplido su promesa de maldecirlos si ellos
le desobedecían. (Deut 28:15).
En el verso 12-15
Daniel analiza las consecuencias del pecado de Israel, que incluía su
cautiverio y la culpa que tenía por su arrogancia y su renuencia al arrepentimiento.
El verso 14 refleja
quizá el aspecto más importante de confesión: la afirmación de Daniel de que
"el Señor nuestro Dios es justo en todas sus obras que ha hecho". Las
naciones gentiles sabían que los israelitas eran el pueblo escogido de Dios. Seguramente
la caída de Jerusalén levantó cuestionamientos con respecto al carácter de
Dios. ¿Qué clase de Dios se quedaría de brazos cruzados mientras su pueblo era
devastado y saqueado su Templo? ¿Cuál es el beneficio de tener un Dios así?
Esto en efecto es la respuesta de Daniel "Dios es justo en todo lo que
hace, nos merecemos este castigo, así que no le acusen de actuar
injustamente".
La confesión tiene dos
propósitos, trae perdón y libertad. Que Dios nos castigue sin traer acusaciones
de iniquidad o injusticia sobre sí mismo.
La oración de Daniel
vino en un tiempo especial en la historia de Israel, pero indudablemente la
confesión era parte de su vida diaria. Ese debe ser nuestro patrón también. No
te esperes a tener un desastre para que confieses tus pecados. Hazlo una
práctica diaria.
ORACIÓN. Dios quiero aprender a adorarte, a confesar mis
pecados diariamente, a ser agradecido y a interceder por los que tienen
necesidades, enséñame, en el nombre de Jesús, amén.
JOHN MACARTHUR -
(Dev. "VIDA NUEVA PARA EL MUNDO”)