“Llegaron, pues, Gedeón
y los cien hombres que llevaba consigo, al extremo del campamento, al principio
de la guardia de la medianoche, cuando acababan de renovar los centinelas; y
tocaron las trompetas, y quebraron los cántaros que llevaban en sus manos. Y
los tres escuadrones tocaron las trompetas, y quebrando los cántaros tomaron en
la mano izquierda las teas, y en la derecha las trompetas con que tocaban, y
gritaron: ¡Por la espada de Jehová y de Gedeón! Y se estuvieron firmes cada uno en su puesto en derredor del
campamento; entonces todo el ejército echó a correr dando gritos y
huyendo.” Jueces 7: 19-21
¡Todo el ejército
enemigo huyó ante Gedeón y sus trescientos! Al sonido de trompetas, los
israelitas rompieron los cántaros en sus manos que representaban la ruptura de
todo razonamiento humano, toda fragilidad humana, todo el sentido de
autodesprecio e indignidad. Lo rompieron todo y tomaron la antorcha que estaba
dentro de la vasija de barro, que era un símbolo del poder de Dios.
“¡Por la espada de
Jehová y de Gedeón!”, gritaban. Eso se refiere al poder de Dios a través de las
personas que creen en Él. Como podrás ver, cuando decides tomar posición en un
lugar público, rehusándote a dejar que el testimonio de Dios sea ocultado, Dios
hará por ti lo que hizo por Gedeón y su ejército: ¡Enviará confusión en las
filas del enemigo! La Biblia nos dice que los madianitas comenzaron a pelearse
entre sí. La confusión se produjo porque
el testimonio visible de Dios se había levantado en la tierra de nuevo, a
través de personas que simplemente le creyeron a Dios a pesar de su debilidad y
fragilidad.
De este modo, la misma
victoria increíble está disponible para ti y para mí hoy en día. Todo lo que ha
sido necesario siempre es que alguien, o quizá diez o veinte o cincuenta o
cien, se pongan en pie y declaren: “¡Le creo a Dios! Creo que Dios puede tomar
mi vida y cambiar la situación. Creo que Él puede poner compasión en mi corazón
y convertirme en una voz en esta generación. Le creo incluso en mi
insuficiencia. Sé que no tengo mucho que aportar, pero creo que Dios proveerá
todo lo que necesito”.
¡Incluso ahora me
imagino que todo el infierno está temblando, porque el enemigo sabe lo que
sucede cuando tú y yo nos atrevemos a creer de esta manera!
CARTER CONLON -
(DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)


